• 26/10/2023 00:00

Busquemos a Dios, pues nos estamos deshumanizando

Vemos que en Panamá ya son endémicos dos clases de hurtos que nos acometen a diario con la única ventaja para la sociedad que nunca utilizan la violencia como los robos, los latrocinios, las rapiñas, los peculados, desfalcos y saqueos

A ver..., qué tal mis venerables ancianos, ¿cómo están ustedes de salud?, y me imagino que en espera del final de año para comenzar con el esperanzador 2024 ¿Será.? Me imagino que aliviaditos e invocándole a DS (Dios) que cese el fatal amago de la tercera guerra mundial y sobre todo que mejore la situación económica en nuestro país.

Me tomo un espacio de mis rebuscados escritos denominados costumbristas, porque verdaderamente estamos en un momento sumamente crítico a nivel de país y del planeta; sobre todo porque somos canaleros de una economía de tránsito que no hemos sabido explotar bien ni siquiera en un 20% y porque de Melo a Toledano políticos desvergonzados quieren imponernos un contrato minero de cuyas consecuencias no sabemos absolutamente nada y menos sus riesgos a perpetuidad casi que por treinta monedas de cobre u oro (confieso que no sé por cuál mineral están excavándole con tanta fruición el corazón de nuestra Patria…).

Mientras tanto, y a manera de distracción terapéutica, vamos a abordar un tema menor, pero preocupante, que atañe a un grupo especial de panameños que por su condición de pobreza diría yo que se convierten en ruines sin necesidad.

Así que, como la noche es corta, dejemos a un lado por el momento a los políticos de las grandes coimas, peculados, sobreprecios y estafas, no porque no tengan remedio como Dimas el buen ladrón, sino porque en los de abajo abundan como mencioné actitudes ruines como los ya folclóricos hurtos en muchas asociaciones de padres de familia, cooperativas, juntas locales del agua y de las capillas católicas.

Vemos que en Panamá ya son endémicos dos clases de hurtos que nos acometen a diario con la única ventaja para la sociedad que nunca utilizan la violencia como los robos, los latrocinios, las rapiñas, los peculados, desfalcos y saqueos.

La verdad es que desde Puerto de Obaldía, (Darién) hasta Rabo de Puerco (puerto Armuelles) se dan frecuentemente estas dos clases de hurtos existentes en el planeta, ( y aquí no ha pasado nada), los pequeños (Petty theft, que no pasan de 500.00 dólares) y los grandes (Grand theft de más de 500.00), lo asombroso es que estos casos son tan comunes y pareciera que no son castigados por la ley.

Bueno..., realmente, este problema social debemos atenderlo porque es parte de nuestra vida y tiene sus consecuencias, ya que hoy la sostenibilidad de un país como el nuestro, no solo se concibe desde el punto de vista ecológico, sino también social y humanitario, pero sobre todo buscando a DS compadres y comadres.

Economista, escritor costumbrista
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