• 03/08/2021 00:00

¿Cadalso o pedestal?... Una opinión

“Todos los bienes materiales que Mauro pudo constituir, no significan nada, comparados con su crédito moral, […]”

Ni como secretario general de la Amoacss ni como dirigente de la Coordinadora Civilista Nacional (Cocina), jamás advertí en Mauro afán de protagonismo electorero o búsqueda de reconocimiento, siempre antepuso los intereses y necesidades de la mayoría y lo más importante, en estricto apego a los valores éticos.

Íntegro, estudioso y conocedor profundo de la realidad socioeconómica y política de Panamá, en el contexto internacional, siempre presto a confrontar sus ideas, en aras de construir consensos, definir estrategias y emprender las tareas requeridas para alcanzar las metas propuestas. Férreo adversario de la corrupción, la improvisación y la manipulación con propósitos opuestos a los del bien común; nunca lo vi involucrarse en una iniciativa sin debatir los objetivos, pero una vez decidido, le confería especial cuidado a la organización, concientización, y planificación del trabajo.

Su credibilidad, por resultados, lo convirtió en uno de los más respetados líderes sociales de nuestro país.

Hoy, cuando sufre serios quebrantos de salud, estimo pertinente compartir con la ciudadanía algo que los trabajadores del sector salud podrían ignorar; la clasificación de puestos y escala salarial, hoy leyes de la República, son producto de su interés y esfuerzos por mejorar las condiciones generales de trabajo y remuneración para el sector. La Coordinadora Civilista Nacional (Cocina), que organizó una de las más grandes y exitosas movilizaciones populares, derogó la Ley 46 de 15 de noviembre de 1984, iniciativa del candidato del Banco Mundial, apoyado por el agente de la CIA; triunfo irrefutable que, por poco, le cuesta la vida, cuando, el 21 de agosto de 1985, fue secuestrado y torturado por el aparato militar, solo por haber revelado la complicidad siniestra del régimen con el capital financiero internacional.

Hace poco, en algunos medios y sobre todo a través de las redes sociales, circuló material sobre un presunto acuerdo entre el Dr. Zúñiga y el acusado del “caso pinchazos”; incluyendo una supuesta compensación millonaria por dicho desistimiento y lo peor, un video del Dr. Zúñiga, que no pude ver completo; desgarrador, injusto y tan lesivo a su dignidad, que debería investigarse su autoría y propósito, pero sobre todo, descartar su valor, como prueba documental, de un potencial maltrato físico y psicológico.

Muchos respaldamos la iniciativa de su hermano, el Lic. Luis G. Zúñiga, de recurrir al Ministerio Público para que efectúe una investigación integral de los hechos y se deslinden responsabilidades.

Todos los bienes materiales que Mauro pudo constituir, no significan nada, comparados con su crédito moral, producto de la lucha permanente en defensa de los más caros valores e intereses de la mayoría ciudadana; crédito, que, si bien, para algunos apátridas y oportunistas, no cuenta, a quienes nos consta su entrega, rayana en el sacrificio, exigimos el esclarecimiento de los hechos, porque la honra, y sobre todo la de una figura de obligada referencia ética e histórica, como Mauro, debe respetarse, no ser ultrajada ni objeto de afrenta.

Inmersos, como estamos, en una profunda crisis de valores, es imperativo desenmascarar y rechazar cualquier forma de traición; exigir que prevalezca la justicia y que cada uno ocupe el sitial que le corresponda, el cadalso o el pedestal…

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