• 30/05/2021 00:00

Cambiar la Constitución actual

“Necesitamos un gran y abierto diálogo, una Constituyente para crear una constitución completamente inclusiva. Hagámoslo por Panamá”

La firma GAD3 realizó una encuesta en Panamá entre el 5 y el 10 de mayo de 2021. El resultado reveló que el 83 % de la población rechaza la Constitución actual.

El 44 % de la población quiere una constitución nueva a través de una constituyente y 39 % de la población quiere el cambio de constitución a través de la Asamblea Nacional. El 17 % de la población restante o no quiere cambios o no le interesa el tema.

Existe un fastidio nacional. Las razones para semejante rechazo de la Constitución se pueden encontrar en las revelaciones presentadas en los medios noticiosos. A continuación, mencionamos algunas.

Los diputados confiesan que acaparan fondos para crear empresas donde se le da empleo a familiares y amigos con jugosos salarios. Se hacen de contratos para sus empresas y para las empresas de sus amigos y copartidarios.

Los diputados procuran cambiar normas para facilitar sus actividades, tal como la Ley 21 de 1997, de las áreas canaleras revertidas. Proponen legalizar actos y actividades dañinas al medio ambiente dentro de la cuenca del Canal de Panamá. Prometen crear empleos en actividades comerciales por definir y la creación de ingresos para compensar las afectaciones causadas por la pandemia de la COVID-19. No mencionan que ya existe una actividad comercial lucrativa en la cuenca del Canal que rinde unos dos mil millones de dólares anuales, ni dicen cuanto ingreso crearían con sus “nuevas” empresas, ni reconocen que esas actividades contaminantes que proponen afectarían negativamente la empresa canalera nacional. Específicamente, por causa de sus “proyectos”, los ingresos del Canal que entran directamente al Gobierno central podrían ser reducidos; y no se sabe cuánto del ingreso de sus empresas no definidas entrarían al Gobierno central. No revelan que su plan de lucro causaría daños a la nación panameña.

Los partidos políticos apadrinan estas fallidas actividades. Los partidos protegen a sus copartidarios y negocian entre sí las tajadas que les toca en la repartición de los fondos y actividades estatales.

Otro elemento importante es que la actual Constitución nació en 1972, para atender las necesidades del Gobierno golpista militar de 1968. Esta Constitución ha sido reformada cuatro veces y todavía se queda corta para atender las necesidades de nuestro país, lo cual es administrar nuestros asuntos democráticamente, en derecho, con justicia, para una población eminentemente multicultural. Esta última es una de nuestras más valiosas características.

La constitución que necesitamos no será creada ni por los diputados ni por los partidos políticos ni por “pequeños grupos” conformados por asociaciones excluyentes que recogerían cientos de miles de firmas.

Necesitamos una Constituyente conformada por todas nuestras gentes. Algunos lo llaman Constituyente Originaria. Necesitamos un gran y abierto diálogo, una Constituyente para crear una constitución completamente inclusiva. Hagámoslo por Panamá.

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