- 07/12/2009 01:00
Centros de resocialización
A diario salen en la TV las cárceles panameñas, deprimentes y vergonzosas. Urge cambiar de mentalidad. Debemos pasar de penitenciarías productoras de delincuentes mayores a centros de resocialización, mediante la enseñanza. Debemos construir infraestructuras integrales y modernas.
No deben existir penales en donde detenidos con penas menores estén expuestos al aprendizaje de los delincuentes mayores, a la violación, etc. El recluso salvable, que sea salvado, el recluso insalvable que sea aislado, para que los penales no sean universidades del delito. Este proyecto podría ser una extensión del INADEH. Si se requiere que los educadores reciban capacitación especial sobre el manejo de delincuentes, que sean capacitados. Si no se hace algo que enrumbe la sociedad hacia la resocialización, la delincuencia nos ahogará. El alto índice delincuencial es producto de las deficiencias del sistema. Contribuyamos a su solución.
No es Panamá el único país que tendría instalaciones semejantes, de allí que lo primero es armar todo el andamiaje jurídico. Primero: Promulgación de la Ley, que le dará nacimiento al nuevo sistema de resocialización. Segundo: Capacitación del personal educativo con especialidad en el manejo de delincuentes. Tercero: Capacitación al personal propio de penales. Cuarto: Construcción de las infraestructuras: Pabellones para las diferentes carreras, salones para clases teóricas, dormitorios, gimnasios, capillas, etc. En el interior infraestructuras para capacitar personal para granjas integrales, enseñanzas agrícolas y pecuarias.
El Estado, a lo largo y ancho del país, tiene infraestructuras en los ministerios, instituciones autónomas, etc. que requieren servicios de mantenimiento costosos. El personal que estudia (los reclusos) en los centros de resocialización prestaría estos servicios, que desde luego serán pagados a dicha institución, de igual forma las granjas agropecuarias producirán bienes de consumo que podrían ser vendidos a: hospitales, escuelas, (comedores escolares), etc.
Los ingresos provenientes de las actividades arriba descritas podrían repartirse de la siguiente manera: 40% para el sostenimiento del programa; 25% para crear un fondo que se utilizaría periódicamente en la construcción de galeras con cubículos en donde serían contactados los futuros técnicos en construcción, plomería, electricidad, ebanistería, albañilería, tornería, soldadura, etc.; el 25% constituiría un fondo que al momento de alcanzar la libertad, lo recibirían para que les permita subsistir mientras reciban ingresos en su nueva profesión y que sean contactados en los cubículos destinados para tal efecto; el 10% restante se utilizaría en publicidad, para dar a conocer los servicios que ofrezcan los nuevos técnicos. En esta etapa entraría en acción AMPYME, para apoyarlos en la implementación de micros y pequeñas empresas.
*Empresario.juramor777@hotmail.com