• 04/03/2016 01:00

El CFT de Mañanitas

Se calculaba entonces que en ese sector vivían 35 000 personas

L aboré muchos años en Las Mañanitas, zona ‘roja' del sector oriental de la ciudad de Panamá, con Fe y Alegría, institución de los jesuitas dedicada a la educación popular y promoción social. Soy cofundador, con el sacerdote Miguel Cortés, de la escuela de Fe y Alegría en Mañanitas que empezó a trabajar como instituto técnico en 1999. Pasé año y medio (1995-1996) realizando allí una encuesta casa por casa, para recoger datos socioeconómicos de la población, para formular ese proyecto, motivo por el cual conozco muy bien esa comunidad y guardo muchos recuerdos; entre estos, el del CFT (Centro de Formación para el Trabajo).

El CFT fue un proyecto que dirigió en 1996 un grupo de padres y madres de familias, entre los que se encontraban la educadora Ilvia Vásquez, la modista Aquilina Rodríguez y el sastre Manuel Cornejo. Era un proyecto de educación popular no formal y promoción social que pretendía implementar talleres para la instrucción vocacional de jóvenes entre los 14 y 25 años que por diversos motivos no habían podido realizar estudios, y, excluidos del sistema educativo, estaban al borde de tomar el camino de la delincuencia, o deseaban salir de ella.

El local del CFT operaba en casa del señor Cornejo, frente a la escuela primaria, a un costado del parque; sector más joven, fundado en 1985, tras una invasión de tierras por parte de precaristas procedentes de distintas regiones del país.

Se calculaba entonces que en ese sector vivían 35 000 personas. El CFT se fundó con el objetivo de detener la delincuencia juvenil, pues, según datos de la Policía Nacional, dentro del corregimiento de Tocumen, al cual pertenecía Mañanitas, la mayoría de los casos policivos emanaban de Ciudad Jardín, siendo en su gran mayoría los involucrados menores de edad. Desde el 2002 Mañanitas es corregimiento independiente.

Según la encuesta que realizamos, en ese sector había un promedio de cinco miembros por familias con máximo de 16 miembros y un mínimo de uno. El 76 % de las familias recibía ingresos mensuales por debajo de los B/450.00. Entonces la canasta básica completa de alimentos costaba B/450.00, lo que significaba que este 75 % de familias no alcanzaba a cubrir el conjunto de necesidades que, además de alimentación, incluye salud, educación, vivienda, transporte y un poco de recreación. El Instituto Centroamericano de Nutrición afirmaba que la canasta básica completa costaba B/600.00. Según la encuesta, el 40.3 % de las familias tenía ingresos mensuales por debajo del salario mínimo, por lo que este alto porcentaje de familias no cubría siquiera la canasta básica de alimentos. Solo una cuarta parte de las familias tenía ingresos mensuales de B/450.00 y más. La mayoría de los adultos carecía de un trabajo fijo y trabajaba eventualmente.

Si los adultos tenían esas dificultades, imagínense las limitaciones que tenían los jóvenes en este mundo materialista donde se promueve el consumismo. Los jóvenes no habían conocido un programa específico y sostenido para su desarrollo, sino solo la represión policial por parte del Estado. Actualmente, la canasta básica de alimentos está en B/303.50 para Panamá y San Miguelito, y en $278.20 para el resto del sector urbano.

Programas como el del CFT pueden ser una alternativa, pero hasta el momento no han tenido el debido apoyo de las autoridades ni de la empresa privada. Los moradores de Las Mañanitas no quieren dinero, solo herramientas de trabajo, ya que cuentan con instructores voluntarios de la misma comunidad, para los diversos oficios.

EDUCADOR

Lo Nuevo
Suscribirte a las notificaciones