Chile y Panamá: Justicia Comunitaria y de Paz

Existen siempre diversas iniciativas de cooperación entre los países, que comparten experiencias o brindan apoyo recíproco en diversas materias, pero es destacable la recientemente concluida cooperación técnica de Chile con Panamá en la denominada ‘Justicia Comunitaria de Paz'. Ésta fue creada en la República de Panamá a través de la Ley 16/2016 y se traduce en una nueva red de Casas de Justicia, que reemplazó a las Corregidurías, y en todo un sistema jurisdiccional más cercano a la gente.

Más allá de eso, el trabajo mancomunado de 2 años en la cooperación técnica que brindó Chile a Panamá, se inscribe en el Fondo Chile y es un mecanismo de Cooperación Sur-Sur establecido por el Gobierno de Chile a través de la Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AGCID) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que ha apoyado la ejecución de proyectos en países de América Latina y el Caribe, África y el Pacífico Sur, alineados con la Política Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.

Esta asistencia técnica fue provista por un equipo de profesionales del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Chile, que trabajó con la Dirección Alterna de Resolución de Conflictos del Ministerio de Gobierno de Panamá, generando lazos y compartiendo experiencias y aprendizajes provechosos para ambos países.

Cabe destacar, que se realizaron numerosas actividades tales como: la jornada de sensibilización en Colón, Chepo, Chorrillo, y Ciudad de Panamá; una visita de comitiva panameña a Chile, donde recibieron capacitación sobre gestión de conflicto e implementación de políticas públicas en el área de la justicia; una visita a la ciudad de Parral, tierra natal del poeta Pablo Neruda, donde conocieron una casa de mediación municipal; entre otras.

Esta forma de justicia aspira a cambiar el rostro a la justicia de primera base, que es la que está más próxima a la persona. Además, qué duda cabe, aporta a los objetivos de la diplomacia, al generar mayores vínculos y un trabajo sinérgico entre autoridades, ciudadanía y expertos tanto de Chile como de Panamá.

En síntesis, la implementación de esta nueva justicia comunitaria y de paz no es un desafío únicamente público, sino que es un desafío ciudadano y cuyo modelo puede ser ejemplo regional. Todo, en aras de contribuir y fortalecer el derecho humano de ‘acceso a la justicia', aportando así a una sana y armónica convivencia en el marco de un Estado de Derecho.

ABOGADO Y DIPLOMÁTICO CHILENO.