• 02/03/2013 01:00

Colón: fundación y realidad

A 161 años de fundación ciudad de la ciudad, como se ha venido celebrando, en virtud del señalamiento del 27 de febrero de 1852 como fec...

A 161 años de fundación ciudad de la ciudad, como se ha venido celebrando, en virtud del señalamiento del 27 de febrero de 1852 como fecha de surgimiento de la urbe, muy a pesar de que fundamentaciones históricas, jurídicas y sociológica dan fe que el acto de fundación de la ciudad de Colón tiene como sustento el 10 de octubre de 1850, cuando se expide una ordenanza que le da origen.

Frente a esto las administraciones municipales han preferido descuidar la verdad histórica, con excepción de la regentada por el Lic. Juan Fidel Macías Cerezo, quien promovió estudios en Colombia para dilucidar ese asunto. Quedó claro que no hay ningún documento oficial, ni en ese país ni en los EE.UU. que avale el 27 de febrero de 1852 como el da la fundación de la ciudad de Colón. Siquiera en las Memorias de Victoriano de Diego Paredes, figura central del supuesto acto público de fundación de la ciudad, se menciona esa fecha.

No obstante lo anteriormente señalado, para los que mantienen la tesis equivocada de fundación de la ciudad de Colón han transcurrido 161 años. Esto supone hacer necesariamente un balance.

La ciudad fue hechura de los EE.UU. en su desmedido afán de tener en el Atlántico un punto terminal. Ellos asumieron la posesión de la isla de Manzanillo, que, luego transformada en península, se convirtió en la ciudad de Colón. A lo largo de su existencia, sus hombres y mujeres han desarrollado importantes jornadas en diferentes ámbitos con impronta en lo local y en lo nacional. Esos esfuerzos correctos no han podido terminar de conformar una verdadera conciencia, que, a mi juicio, está todavía por concretarse.

Muy a pesar de tener en su territorio una parte del ferrocarril y del canal, lo mismo que puertos importantes, una zona libre y de haber poseído una refinería, que llevó a la ciudad a ser parte importante del principal soporte de la economía, como lo es el sector de bienes y servicios, no ha logrado su reivindicación.

Más que evolución, ha asistido a una permanente involución. Usada para amasar fortunas y para los falaces discursos políticos, muchas veces con la complacencia y anuencia de los propios coterráneos, que en los puestos públicos, sin una visión clara de su papel, han optado por lo mismo, pensando tal vez que se llega a las posiciones para enriquecerse.

La actualidad de Colón refleja una situación calamitosa, como nunca antes en su historia. La parte moral y la parte material en su nivel más bajo, se conjugan en un haz de desaciertos para mostrar y demostrar el rotundo fracaso de una ciudad que se resiste a morir.

Si bien la población en su conjunto ha asumido un rol nada edificante, en donde la violencia ha aparecido para quedarse, hay que aceptar que el ser social colonense es el que ha creado esa atrofiada conciencia socia l.

Sin ninguna dirección en el camino correcto, quienes han administrado la cosa pública en Colón en los últimos tiempos han sido una frustración.

Celebrar la fundación de la ciudad de Colón debe ser al mismo tiempo un acto de contrición.

DOCENTE UNIVERSITARIO.

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