• 23/11/2025 00:00

¿Cómo evalúan los panameños su democracia?

El término democracia proviene del griego antiguo dêmos, que significa pueblo, y krateîn, que significa poder. Su definición literal, “el poder del pueblo”, resuelta apenas en un punto de partida. Reducirla a su raíz etimológica es convertirla en una sombra de sí misma.

La democracia es una forma de vida orientada al bien común. No basta solo con representar el gobierno de las mayorías, es el marco que garantiza que nadie viva con miedo, que los derechos no dependan de los caprichos del poder y que la justicia actúe como el equilibrio entre libertad e igualdad.

Sin embargo, en Panamá, y en buena parte del continente, la democracia sigue siendo percibida como un sistema con demasiadas cuentas pendientes con sus pueblos. Esa sensación de deuda permanente erosiona su valor en los ciudadanos y su legitimidad.

En una encuesta que realizamos en agosto de 2023, llamada ¿Qué Piensa Panamá?, preguntamos a los ciudadanos si creían que en Panamá vivíamos en democracia. El 41 % respondió que no, el 26 % dijo no estar seguro y apenas el 27 % consideró que sí. Dos años después, en nuestro estudio, Vea Panamá, de octubre de 2025, el panorama apenas varió, el 44 % de los encuestados afirmó que no vivimos en democracia, 17 % mantuvo dudas y 38 % sostuvo que sí.

Las cifras han cambiado, pero no lo suficiente, dos de cada cinco panameños creen que vivimos en democracia, mientras que tres de cada cinco lo ponen en duda o lo niegan abiertamente.

Esta percepción mayoritariamente crítica obedece a una impresión extendida, incluso entre quienes consideran que en Panamá vivimos en democracia, sobre algunos principios que creen no se cumplen.

Por ejemplo, el 86 % de los encuestados considera que la democracia no está avanzando en la lucha contra la corrupción, un tema que, además, identifican como el principal problema nacional (31%). Asimismo, el 82 % percibe que no somos iguales ante la ley, y el 81 % siente que no existe certeza del castigo, lo que sustenta la idea de impunidad.

A ello se suma que tres de cada cuatro panameños (75 %) creen que no hay una verdadera separación de poderes, y un 71 % cuestiona que la participación ciudadana se cumpla de manera efectiva dentro del sistema democrático.

En conjunto, estas cifras no revelan un malestar actual o reciente, sino el peso acumulado de años e incluso décadas, de gobiernos que no han logrado responder a las expectativas básicas de sus ciudadanos.

La desconfianza no nace de un episodio aislado, sino de una experiencia histórica repetida, en promesas incumplidas, corrupción sin castigo, instituciones que no logran sostener la igualdad de sus ciudadanos ante la ley, ni garantizar una participación real que incida de manera directa en las decisiones del país.

A pesar de todo, la democracia sigue siendo la mejor herramienta para corregir errores, renovar liderazgos y construir un país donde la justicia, el progreso y la igualdad no sean aspiraciones, sino prácticas cotidianas de la vida democrática panameña.

Porque como dijo Winston Churchill, “La democracia es la peor forma de gobierno, excepto por todas las otras formas que han sido probadas de vez en cuando”.

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