• 02/10/2023 00:00

Condición económica para el desarrollo de la ciencia en Panamá

El gobierno debería adecuar el camino para desarrollar la ciencia atendiendo la voz de la empresa privada y el mercado [...]

Conversando con un colega sobre temas del momento como la situación del gusano barrenador, los problemas climáticos en el agro, las deficiencias de la salud nacional, enfermedades emergentes, entre otros, parecía que todos estaban relacionados con mercados disruptivos en la economía y cada uno tenía como potencial solución, un común denominador: ciencia e investigación. Solución casi de ficción en Panamá, pero que es real en otros países. Quizás la gran mayoría no nos hemos dado cuenta, pero nos estamos quedando muy atrás en el campo de la ciencia.

Breve y simplificado, algunos indicadores económicos relacionados con la ciencia en Panamá: el gasto en investigación y desarrollo (I+D) ronda el 0.15% del PIB, mientras la media en Latinoamérica es de 0.7% y el mínimo óptimo recomendado un 1% (Unesco); la inversión y gastos en I+D en empresas no pasa del 1% del total (Pencyt 2019-2024); según el Índice mundial de competitividad 2019, estamos en la posición 66 de 141 países, con brecha principal en el tamaño de mercado (WEF); ocupamos la posición 81 en el Índice mundial de Innovación 2022, bajando 11 posiciones desde 2018 (WIPO).

Por mucho que se trate de copiar en Panamá, ya, a los países “gigantes” de la ciencia, no se podrá aplicar y desarrollar su ciencia al 100%; simplemente el ambiente económico no es el mismo. Se aplica una idea innovadora, original o conociendo que en otro país fue un logro y avance, difícilmente termina bien o fracasa con resultados pocos favorables. La explicación es que lo que se quiere desarrollar demanda condiciones particulares, en estos casos, un entorno de políticas y jurisdicciones óptimas y favorables donde la competencia y la innovación no se vean afectadas. Nos toca preparar el camino para que se desarrolle la ciencia de acuerdo a la cooperación social e influencia del mercado. Copiar los pasos de los “gigantes” de la ciencia.

El cambio macro debe darse en el Estado, en su intervención sobre la economía. Vale tan solo mencionar de forma breve una idea de “mercado”: el punto de convergencia de las acciones de la gente, donde se crea un flujo dinámico de transacciones en que productores se atienen a los deseos del prójimo según la oferta y demanda. El Estado y gobierno cumplen la función de mantener el orden de la organización social; una arista es el ámbito económico, efectivamente en el mercado. La cuestión es si es idónea una intervención estatal para el funcionamiento de la cooperación social (dada por la sociedad), manifiesta en el mercado; una interferencia artificial no siempre genera buenos resultados. ¿Cuáles serían las intervenciones a cambiar?

En los índices de Libertad Económica (The Heritage Foundation) y Doing Business (Grupo del Banco Mundial), por mencionar estos, los países más productivos y avanzados en calidad científica se encuentran en los puestos más altos. ¿A qué va esto?, pues dichos países en su momento, antes de ser lo que son hoy, hicieron un cambio en las categorías de Estado de derecho, tamaño del Estado, regulaciones y arbitraje, y apertura de mercados. Por mencionar cambios en algunas acciones intervencionistas: reducción o eliminación de impuestos, control de precios, tarifas arancelarias y autorizaciones, apertura a mercados internacionales y financieros, reducción del Estado y desburocratización gubernamental, entre otros.

Los efectos del cambio fueron grandes: se reducían los “males” como el favoritismo y corrupción en el entramado burocrático de los gobiernos; aumentaba la productividad y desarrollo por unidad de inversión, se abarataban los precios, crecía la oferta y calidad de bienes y servicios, ya no se desplazaba el capital e inversión a zonas con poca producción, desaparecían las distorsiones del mercado, reventaban los monopolios y oligopolios, crecía la cartera crediticia bancaria, nuevas tecnologías, valor agregado, innovación y ciencia se importaba y exportaba, entre otras cosas.

Terminando, unas exhortaciones y recomendaciones. A los investigadores, docentes, productores, emprendedores, empresarios, estudiantes, quien sea: ¡atrévanse! ¿Por qué no?. Esto es un trabajo en conjunto del gobierno, la academia, la empresa privada y la población; la ciencia funciona así. El gobierno debería adecuar el camino para desarrollar la ciencia atendiendo la voz de la empresa privada y el mercado; la academia debe unirse a la actividad empresarial en la generación de conocimiento científico y aporte de recurso humano, que tiene mucho potencial que se desperdicia; la empresa privada debe atreverse a forjar alianzas con la academia e invertir capital en la ciencia. Todo es para el bien social y del prójimo. Que Dios Padre nos bendiga siempre, y llene de sabiduría y entendimiento.

Estudiante de Biología UP
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