• 31/05/2009 02:00

Confusa censura

Véase que, como todos ya sabemos, un menta'o Confucio por los tiempos antiguos, como no tenía nada que hacer, se dio a la tarea de inven...

Véase que, como todos ya sabemos, un menta'o Confucio por los tiempos antiguos, como no tenía nada que hacer, se dio a la tarea de inventar nada menos que la confusión, lo que ocasionó que desde allá para acá todos estemos confundidos; siguiendo la misma línea, un tal Platón inventó cómo calcular platos; y por ahí también escuché que el compa Ángulo inventó no sé qué cosa que no se puede mencionar, pero que es indispensable para el cuerpo humano.

Bueno.. y como la confusión es una filosofía muy práctica, también nuestros confundidos padres de la patria la practican. Véase que ahora aquellos pueden censurar mediante voto en magnánima asamblea de dos terceras partes de los confundidos a algún ministro de Estado que se confunda.

El presidente de la República estaría obligado a remover al confundido ministro, lo que lo ocasionaría confusión gubernamental por aquello de la confusa separación de los confusos poderes del Estado. El procedimiento para poder realizar este proceder es algo confuso, puesto que se tendría que presentar ante el pleno de la Asamblea Nacional de Diputados confusionistas unos seis días antes de la fecha en que se inicie la confusión.

Lo que no queda muy claro es cómo se puede aplicar la misma medida por aquello de que no habrá fueros o privilegios por razón de confusión alguna, así que la censura por los diputados es inconstitucional, dado que no pueden tener ellos solos el privilegio de aplicarla.

Todos los ciudadanos tenemos derecho a censurar exigiendo la renuncia ipso facto de algún diputado que no entienda para qué fue electo. Cosa que puede ocurrir cuando no modifiquen su confuso reglamento que debe incluir que se rebajen el sueldo, renuncien a las franquicias telefónicas, paguen los impuestos por los autos que compran y nombren personal profesional en su equipo de trabajo en lugar de familiares y allegados. Igualmente debería poderse aplicar a los magistrados de la Corte Suprema de confusión y al mismísimo presidente cuando se confunda.

-El autor es M. Sc. Administración Industrial.gperear@cableonda.net

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