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- 29/08/2021 00:00
Construcción de una subjetividad alternativa 2021
La construcción de una subjetividad alternativa surge ante la violencia epistémica coyuntural ejecutada desde las cúpulas del poder. Los efectos del SARS-CoV-2 en la sociedad, desde luego, están presentados desde un panorama saturado de razonamientos dualistas, infectados y no infectados, vacunados y no vacunados, sintomáticos y asintomáticos, confinados y no confinados, entre otros.
Hace poco tiempo, los científicos han comenzado a producir investigaciones basadas en el paradigma del comportamiento complejo, sustituyendo el pensamiento dualista. El discurso alternativo propone la utilización de este nuevo enfoque, veamos un ejemplo, tanto virus como anticuerpos son dinámicos, los virus mutan y los anticuerpos permanentemente se encuentran en acción, sobre esto existe una vasta literatura científica.
Quizá sea oportuno decir también que los anticuerpos se manifiestan de forma distinta en cada persona, ya sea por la edad, alimentación, genética, metabolismo, estado físico, etc. Otra gran cantidad de investigaciones ha señalado que la actitud juega un papel fundamental a la hora de confrontar las enfermedades; y no solo esto, ante una enfermedad de cualquier tipo, los humanos responden de acuerdo con su espiritualidad y creencias, algunas religiones pueden ser más activas que otras en la resolución de enfermedades, unas pueden acudir a brebajes y meditación, mientras que otras lo pueden hacer mediante oraciones y sacrificios.
Por otra parte, el propio discurso pandémico plantea que, a pesar de que existen personas infectadas con el virus, son una minúscula cantidad, en comparación a toda la población, de ella se desprenden los presintomáticos que potencialmente pueden derivar en asintomáticos netos o en sintomáticos, además, pueden ser de corta o de larga duración, como se ha registrado en otros países.
Los sintomáticos se pueden clasificar en individuos con malestar leve, moderado, y fuerte; de todos los grupos infectados estos últimos son los más pequeños estadísticamente. Estas personas, en su conjunto, pueden estar vacunadas y no vacunadas. Los vacunados, pueden dividirse en varios grupos, por ejemplo, los vacunados con una dosis, con dos dosis, y hasta tres dosis de una misma farmacéutica. Asimismo, están los vacunados que han sido infectados, a pesar de tener una, dos y tres dosis de farmacéuticas distintas a la anterior. Otro grupo identificado son los infectados que han sido vacunados de forma mixta, con vacunas de una u otra compañía, dentro de un periodo determinado. Y el último grupo, son los vacunadas con fórmulas ineficientes.
Dicho lo anterior, se infiere: 1). En la sociedad pandémica existe heterogeneidad en sus componentes; sin embargo, el discurso no va dirigido a cada uno de estos grupos, sino hacia una supuesta masa homogénea, con lo cual, se produce un “ocultamiento de los otros”. 2). Los infectados con síntomas fuertes son un grupo minoritario, por lo tanto, la gubernamentalidad pandémica excepciona, hasta cierto punto, el mecanismo democrático basado en las mayorías. 3). Las mercancías con mayor demanda durante la pandemia como las vacunas, hisopados, caretas, cubre bocas, gel alcoholado, termómetros y medicamentos, entre otros, pueden ayudar a disminuir los contagios como se ha demostrado. No obstante, estas mercancías son generadoras de grandes sumas de capital y, en consecuencia, de intereses económicos y políticos. 4). Los medios de comunicación han jugado un papel fundamental en la construcción de la pandemia, han logrado cohesionar en parte la heterogeneidad social, si la comunicación de masas no fuese efectiva, quizá no hubiese pandemia, ¿cómo estructurar una pandemia casi a nivel mundial, sin las redes sociales, televisión, radio y prensa?, ¿cómo lograr una pandemia mundial en tiempos posteriores al surgimiento de dichos instrumentos?