• 16/10/2023 00:00

Consumismo que afecta al catolicismo

[...] el consumismo innecesario, tanto los buenos como malos católicos, podemos moderarlo cambiando actitudes [...]

Fue el británico John Maynard Keynes (1945), quien con su teoría económica instó a una demanda agregada de las personas (gastos innecesarios, lujos, etc.), propuesta que como el mercado es solamente una herramienta que ofrece a la gente lo que quiere, prácticamente ha destruido la moral que los primeros católicos nos dejaron después de la caída del imperio romano (año 476 DC).

Los sufrimientos de los cristianos durante cuatro siglos y medio, que no hace falta mencionemos a los leones, tigres y combates desiguales a que fueron aventados, crearon formalmente la abstemia y un sistema de valores limitadores del consumo exagerado que posteriormente fue en gran medida el motor del crecimiento económico y del bienestar actual de la humanidad.

Pero bueno, el consumismo innecesario, tanto los buenos como malos católicos podemos moderarlo cambiando actitudes, claro la inmensa devoción en los 655 corregimientos de nuestra República, con varias comunidades diferentes en cada uno celebran con fervor y gastos insospechables el día del respectivo santo de su devoción. Cabe resaltar que no son las juntas católicas, ni órdenes de curas, las que ordenan gastar en tantos fuegos artificiales, que es a lo que finalmente el punto a que me quiero referir, son las personas de esos pueblos que independientemente tiran la casa por la ventana, por algún milagro, por tradición familiar; los que ensordecen con truenos en madrugadas, medios días, tardes y noches, semanas antes de las celebraciones de sus respectivos santos. Lo hacen desde viviendas humildes en donde no hay ni caminos carreteros, ni facilidades de energía eléctrica.

Como católico me pregunto si el 99% de estas comunidades sufren de la afectación de contar con un 60% de pobreza y un 20% de pobreza extrema.

Cómo es posible que si cada fuego artificial cuesta 2.00 dólares y el devoto que menos envía sus misiles al cielo gasta 50.00 dólares en las vísperas, de lo contrario el santo o la virgen no van a escuchar su agradecimiento piadoso; no quema solo la mitad en fuegos artificiales y el resto en 20 bolsitas de café de montaña que cada libra del grano molido por acá está en 2.00 dólares y los reparte, sería mejor porque muchos no pueden comprar medicinas y deben estar hartos de disfrutar la yuca y el plátano chino.

Pero pensándolo bien, uno no bebe meterse en estas cosas de la devoción, porque a lo mejor están más conscientes que uno del sacrificio de los 7,000 santos reflejados en el martirologio católico después de la separación de Oriente y Occidente, hace mil años. En las cosas de Dios no se razona, se cree.

Economista, escritor costumbrista
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