• 03/11/2022 00:00

Corea del Norte, amenaza nuclear inminente

“[...] estamos en el umbral de un peligro de guerra nuclear inminente, en una región donde el régimen norcoreano, [...], rechaza el diálogo e insiste en mantener como método de negociación, el chantaje nuclear”

Mientras la opinión pública mundial sigue centrada en el conflicto de mayor envergadura, desde la II Guerra Mundial, en Europa, provocado por la invasión de Rusia a Ucrania y las reales posibilidades de una escalada nuclear, si nos descuidamos, la liebre puede saltar en un lugar lejano del epicentro de guerra europeo, me refiero a la península coreana.

Para nadie son un secreto las permanentes provocaciones de la brutal e inhumana dictadura de Pyongyang contra la paz mundial, condenadas en ocasiones, incluso por el Consejo de Seguridad de la ONU.

Sin embargo, en atención a la evolución de los últimos acontecimientos, en esa zona, no nos queda menos que advertir de la posibilidad de un desenlace fatal, que toda la humanidad podría lamentar de no atender y en consecuencia, debidamente, actuar contra los riesgos que provocan las incesantes y recientes pruebas de misiles del ermitaño régimen norcoreano, dirigido por el dictador Kim Jong-un, que alcanzan este año una cifra récord de 36 lanzamientos de misiles y que hacen previsibles pruebas de misiles balísticos intercontinentales, acción que cuenta con la aquiescencia de Rusia y China; países que le brindan apoyo incondicional en el Consejo de Seguridad de la ONU, aparte de que Moscú lo utiliza, no solo como distractor de su invasión a Ucrania, sino como punta de lanza contra Corea del Sur, Japón y los Estados Unidos, abanicando incluso la posibilidad de valerse de material militar y activos norcoreanos en el frente ucraniano.

Por su parte, cónsono con la decisión de mantener una postura de disuasión severa, Corea del Sur y Estados Unidos realizaron una serie de ejercicios militares a gran escala, tendientes a neutralizar las provocaciones de Corea del Norte, que, a diestra y siniestra, de forma permanente, lanza cohetes en el Mar de Japón y el Mar Amarillo; incluidas rondas de artillería junto a aguas próximas a las fronteras marítimas, que ambas Coreas ya habían delimitado como inviolables, evitando maniobras y ejercicios con fuego real, en base a un Acuerdo militar pactado en 2018, violado ahora abiertamente por Corea del Norte, al momento de disparar hace poco, por primera vez un misil en aguas territoriales surcoreanas, desde que la península fue dividida por la guerra de Corea entre 1950 y 1953. A ello se suma, el reciente sobrevuelo contra Japón por primera vez en cinco (5) años, por un misil balístico de alcance intermedio norcoreano, que obligó a los ciudadanos japoneses a refugiarse bajo tierra y dentro de edificios.

Como colofón del incremento de la tensión, Corea del Norte, entre septiembre y octubre, realizó pruebas con misiles crucero, con capacidades nucleares tácticas, dentro del plan de modernización armamentística, en rechazo a las ofertas de diálogo y lo que es peor, cruzando el umbral de amenaza potencialmente existencial, de forma unilateral y violando las resoluciones del Consejo de Seguridad; hace unos días, se declaró como un Estado con armas nucleares, decisión calificada por Pyongyang de irreversible, descartando toda negociación y con opción a aplicar la ilegal doctrina de ataque nuclear preventivo, misma que Rusia amenaza con instrumentar en Ucrania.

Finalmente, en estos días que transcurren, se apresta a realizar su primera prueba de guerra nuclear en cinco (5) años, tensando la cuerda al máximo, tal como ocurrió en 2010, cuando realizó un bombardeo de artillería en la isla surcoreana de Yeonpyeong, en la zona fronteriza del mar Amarillo, matando a cuatro personas, incluidos dos civiles, mientras que otras 18 resultaron heridas. En resumen, estamos en el umbral de un peligro de guerra nuclear, inminente en una región donde el régimen norcoreano, apoyado por dos potencias nucleares acólitas, rechaza el diálogo e insiste en mantener como método de negociación, el chantaje nuclear.

(*) Profesor titular de Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá.
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