• 12/03/2011 01:00

¡De corte empresarial!

El presidente Ricardo Martinelli indicó desde su toma de posesión que su gobierno sería de corte empresarial, expresión que ha repetido ...

El presidente Ricardo Martinelli indicó desde su toma de posesión que su gobierno sería de corte empresarial, expresión que ha repetido en varias ocasiones, aún en el extranjero, invitando a los empresarios a ‘tomarse el poder’ para variar el péndulo ideológico de América Latina. Nadie lo ha secundado aún. Algunos de sus colaboradores han dicho que esa frase significa ‘un gobierno agresivo’, que busca las soluciones inmediatas a los problemas.

‘De corte empresarial’ significa no detenerse ante las limitaciones que imponga la normatividad vigente cuando se toma una decisión. Significa, como en la empresa privada, tomar las decisiones y después aplicarla, sin ninguna excusa, no importan las consecuencias. Así al menos parecen haberse actuado en casos como las reformas al Código Minero; las frustradas limitaciones al ejercicio del sindicalismo, contenidas en la Ley Chorizo que fue derogada finalmente; la decisión, por ejemplo, de controlar todos los órganos del Estado, que ha llevado a defenestrar procuradores; cambiar normas como la del fiscal de cuentas; revivir la Sala Quinta constitucional, etc.

Con ese mismo talante se decidió expulsar de la administración pública y perseguir a todos los miembros del PRD y nombrar en los puestos de gobierno a los amigos, parientes y copartidarios. Una vez decidido eso, se reformó la Carrera Administrativa y Legislativa, se destituyó a miles de servidores públicos sin miramiento alguno, etc.

De corte empresarial parece indicar que solo aquello que produce ganancia es importante atender; por eso se han aprobado programas de infraestructuras o megaproyectos por más de 38,000 mil millones de dólares, pero no se ha invertido casi nada en el fomento de la cultura, de la educación superior ni de la promoción de valores sociales y morales (los presupuestos de las instituciones respectivas casi no crecen).

Se trata de fortalecer la actividad empresarial en el país, de invitar a las transnacionales, no importa que exploten al país y a los trabajadores, todo se vale por unos dólares más.

Este estilo de gobierno, como en la empresa privada, trata de imponer los criterios del jefe y para ello no importa si hay que pelearse con todos en la empresa o en el país; al final lo que importa es que prevalezca el criterio del jefe.

La historia reciente, sin embargo, demuestra que este estilo de gobierno pertenece al pasado y no al futuro, porque los pueblos han elegido participar de la solución de sus problemas, exigir cuentas a sus gobernantes y no permitir excesos. Así ocurre hoy en casi toda América Latina y más recientemente en el Norte de África. En Panamá, el sobresalto diario de los enfrentamientos así lo demuestra; por eso, hay que avanzar como país y como gobernantes y superar el estilo ‘de corte empresarial’, porque el país no e s una empresa, sino la casa de todos.

*DOCENTE UNIVERSITARIO.

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