• 02/11/2020 00:00

COVID-19: ¿enfrentamos un repunte de casos?

A pesar de los esfuerzos llevados a cabo para controlar la epidemia de COVID-19, es muy probable que estemos al inicio de un repunte de casos, como está ocurriendo en otros países de Europa y América, donde los contagios siguen aumentando con la mayor cantidad de pacientes reportados desde el comienzo de la pandemia.

A pesar de los esfuerzos llevados a cabo para controlar la epidemia de COVID-19, es muy probable que estemos al inicio de un repunte de casos, como está ocurriendo en otros países de Europa y América, donde los contagios siguen aumentando con la mayor cantidad de pacientes reportados desde el comienzo de la pandemia. Esta realidad adquiere especial relevancia en nuestro país, ahora que hemos levantado las restricciones, y nos disponemos a disfrutar de un largo feriado. Pero la amenaza es real y no podremos controlar la epidemia si no aplicamos las medidas de salud necesarias dentro de las comunidades, algo que será imposible si muchos panameños se sienten inmunes o creen que el problema no existe. El problema, como veremos a continuación, ¡sí existe y está en nuestras manos enfrentarlo con éxito o fracasar!

A nivel mundial, en la última semana, se informó el mayor número de casos nuevos de COVID-19, que asciende a más de dos (2) millones de casos nuevos en los últimos siete (7) días, mientras que el número de nuevas muertes es comparable al de semanas anteriores. Al 25 de octubre, se habían notificado más de 42 millones de casos y 1.1 millones de muertes en todo el mundo, con más de 2.8 millones de casos nuevos y casi 40 000 nuevas muertes registradas durante la semana pasada.

Por nuestra parte, la semana pasada reportamos un claro aumento de los casos acumulados por millón de habitantes, pasando de 1049.5 que reportamos al 24 de octubre, a 1226.6 reportados al 31 de octubre. Este ascenso constituye una clara señal de alarma. Por otro lado, las defunciones reportadas semanalmente por millón de habitantes también mostraron en el mismo período un muy discreto aumento, pasando de 16.9 a 17.1 en el mismo período, lo cual no es una buena noticia.

En el mismo período realizamos 48 695 pruebas de laboratorio, lo que es una muy buena noticia, ya que representa casi 6000 pruebas más que la semana pasada, con una positividad promedio de 10.4 % para la semana que terminó el 31 de octubre. Este aumento de las pruebas realizadas explica parcialmente la mayor detección de positivos, pero tengamos claro que los casos los produce la población, y seguimos alrededor del 10 % de positividad, lejano de la meta de 5 % necesaria para controlar la epidemia de COVID-19.

En este contexto, el Comité de Emergencia sobre la COVID-19 se reunió el 29 de octubre para examinar la situación y los progresos realizados con respecto a las recomendaciones temporales, y concluyó que la pandemia seguía constituyendo una emergencia de salud pública de importancia internacional, e instó a centrarse en la adopción de medidas de respuesta basadas en las enseñanzas aprendidas y en datos científicos sólidos.

Frente a esta esta situación, muchos países europeos, se han propuesto diferentes medidas. Algunos han decretado de estado de alarma para todo el país, acompañándolo de toque de queda nocturno por varias semanas, cierre de sitios de ocio, como restaurantes, bares, teatros y cines; y, en algunos casos, algunas medidas restrictivas adicionales, como el confinamiento por municipios con riesgo elevado de contagio de coronavirus, y si fuera necesario, el confinamiento generalizado. En algunos países del antiguo continente, las medidas han provocado protestas multitudinarias de la población, lo cual a su vez ha facilitado la propagación de la enfermedad, contribuyendo a poner el riesgo la capacidad de atención por parte del sistema de salud.

Por nuestra parte, como manifesté en mi artículo previo, es muy importante subrayar que mantenemos un peligroso equilibrio que nos coloca a las puertas de un repunte de los casos y defunciones, y solo podremos contenerlos si redoblamos la disciplina ciudadana y fortalecemos el desempeño institucional. La otra opción será volver, como los europeos, al confinamiento y eso no es lo que queremos.

La población debe cumplir con las recomendaciones que conoce; en particular, el uso obligatorio de mascarillas al salir de casa, lavado frecuente de manos, uso de alcohol y gel alcoholado, pero sobre todo el distanciamiento físico. Por su parte las instituciones de salud deben realizar más pruebas de laboratorio, incrementando de manera constante el número de pruebas diarias. Solo así se podrá detectar más personas contagiadas del virus, garantizar que los positivos sean aislados y sus contactos localizados y examinados, rompiendo con la cadena de transmisión del virus. No menos importante es que se garantice la necesaria capacidad de resolución de nuestra red de servicios de salud, para atender adecuadamente a todo aquel que lo necesite.

Médico, exrepresentante de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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