• 07/06/2020 00:00

Después del COVID-19, sobrevivir es fundamental

Después de tener el COVID-19 tan cerca, desde mi viaje a España, familiares y amigos fallecidos por el coronavirus, esparcimiento incontrolable en el Circuito 8-9, hasta mi anuncio público, al salir positivo en la prueba del COVID-19, luego de haber entregado mercado en barrios marginados, de inmediato me acogí a la cuarentena, tal como lo señala el Minsa, bajo el manto familiar, dado que tengo las características de ser asintomático del COVID-19; esta situación anómala me permitió reflexionar y darle sentido a la vida, al camino y las metas por conseguir, me han permitido cavilar muchas cosas políticas, sociales, económicas y familiares, que, sin este incidente, no habría podido hacerlo.

Después de tener el COVID-19 tan cerca, desde mi viaje a España, familiares y amigos fallecidos por el coronavirus, esparcimiento incontrolable en el Circuito 8-9, hasta mi anuncio público, al salir positivo en la prueba del COVID-19, luego de haber entregado mercado en barrios marginados, de inmediato me acogí a la cuarentena, tal como lo señala el Minsa, bajo el manto familiar, dado que tengo las características de ser asintomático del COVID-19; esta situación anómala me permitió reflexionar y darle sentido a la vida, al camino y las metas por conseguir, me han permitido cavilar muchas cosas políticas, sociales, económicas y familiares, que, sin este incidente, no habría podido hacerlo.

Ahora puedo afirmar que la pandemia del coronavirus le ha devuelto el poder político al Estado, él es quien controla los aislamientos (parciales o absolutos), el toque de queda, los cierres de empresas, regula la movilización del ciudadano, incentiva el trabajo domiciliario, entrega mercados, subsidios, vales solidarios, crea comisiones para el problema sanitario, social, político y hasta lo económico para el día “d” o post-COVID-19.

Aquí cobran importancia los tres poderes del Estado, debe haber sincronía entre los tres, solo así podemos regular y controlar el avance del coronavirus, parar los contagios y muertes de conciudadanos; la Asamblea Nacional, a la cual pertenezco, muestra su importancia al promover leyes que avalen la sobrevivencia de los panameños, sus familias y todo su entorno nacional, ser fiscalizador de todos los componentes que dinamiza la pandemia, sea compra de medicamentos, tecnología, arriendos de hoteles, compra de pruebas, nuevos hospitales, mascarillas, guantes, lentes, alcoholado, etc. Mas, el Estado les compra a las multinacionales que hoy controlan todo el mercado globalizado y regulan los poderes gubernamentales del mundo. Hoy mandan las corporaciones multinacionales, imponen programas en todas las naciones para combatir el coronavirus (aislamiento, subsidios, cierre de empresas, educación, dominio tecnológico en nuestras compras, subsidios y educación). Aumentan sus capitales invirtiendo y vendiendo tecnología punta en informática, digital, tarjetas de débito, crédito, etc. Ellos deciden cuándo se abren los mercados y cómo será el futuro de los países emergentes.

Esta crisis sanitaria es el efecto de una crisis política, donde los partidos políticos deben dejar atrás las diferencias ideológicas y unirse en pro de un mejor bienestar social para los panameños.

En lo social, estos confinamientos, han vuelto a dinamizar los afectos familiares, nuevamente los padres hablan y disciernen, en cualquier tema, con sus familiares, los abuelos tienen qué hacer, los tíos ayudan a la familia, el barrio se solidariza con todos.

En lo económico, este nuevo orden internacional incrementa el desempleo, el sector turismo cayó, así mismo la construcción, la zona libre y el canal. Tendremos un decrecimiento económico, hay que reactivar toda la economía con creatividad, emprendimiento y mucha tecnología en comunicaciones e informática. Hay que revisar nuestro particular modelo de servicios, hay que reconstruir el sector primario y secundario, dinamizar el canal y el sector bancario, modernizar y globalizar los puertos, la zona libre y el turismo. Esto implica desarrollar una reingeniería educativa, equilibrar la redistribución de las riquezas, fortalecer la familia y los valores éticos y morales de un buen ciudadano.

En fin, esta cuarentena me ha permitido reencontrarme con mi ser, con mi familia, con el deber político y nacional del Molirena y, sobre todo, entender el fin y metas de todos los panameños. Como diputado entiendo mi papel y el liderazgo que debo tener para cumplir con los anhelos y metas de mis copartidarios, mis electores, y sobre todo con la sociedad panameña. Ahora entiendo y valoro el concepto de solidaridad y cooperativismo que hay que desarrollar dentro y fuera de cualquier evento pandémico. Este es el papel político al que he sido designado; estoy claro en que hay que hacer todo el esfuerzo necesario por vivir mejor y en paz entre todos. Ante que enemigos políticos, somos panameños y unidos para ganarle a cualquier pandemia y tener presencia en los lineamientos del nuevo orden económico internacional.

Diputado de la República, segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional (AN).
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