• 04/03/2023 00:00

La CSS y el financiamiento de obras escolares

“Aunque eran otros tiempos y los ingresos nacionales eran muy escasos y limitados, muchas obras públicas pudieron construirse con bajos presupuestos, pues entonces privaba la austeridad, la eficiencia y la optimización en el uso de los recursos estatales”

El 25 de enero de 2023, el Gobierno nacional entregó la orden de proceder para la demolición de las viejas estructuras de la Escuela República de Venezuela e iniciar la construcción de las nuevas edificaciones que albergarán tanto a esta histórica escuela como al Instituto Comercial Bolívar. Será un centro escolar completo, moderno y contará con todos los componentes y facilidades para garantizar un efectivo proceso enseñanza-aprendizaje. La construcción de esta infraestructura tendrá un costo superior a los 19 millones de dólares y albergará a casi mil estudiantes, entre ambas. Y aunque no se dijo, lo más probable es que el financiamiento de esta obra y su equipamiento y mobiliario provendrá de préstamos externos.

Esperemos que la construcción de este centro educativo no sólo sea una bonita oportunidad, como dijo La Estrella de Panamá en un editorial del 27/01/2023, “para que se ensaye con la nueva escuela, esa que ayuda a que los estudiantes quieran ir a clases y no repetir esas vetustas infraestructuras que lo que hacen es desincentivar a los muchachos ... sino que el Meduca ponga a funcionar el nuevo esquema de enseñanza-aprendizaje, donde no se fundamente solo el método memorístico, sino aquella donde el docente pone al estudiante a trabajar en la aplicación de lo aprendido”.

A inicios de la República sólo unas cuantas obras fueron construidas especialmente para edificios escolares, pues la mayoría de las escuelas públicas funcionaban en viejas, destartaladas e incómodas casas, cuyos costos de arrendamiento eran onerosos para las escuálidas arcas estatales. Hasta 1942, a excepción de la Escuela Normal de Santiago, prácticamente no existían escuelas secundarias en el interior de la República. De allí que durante la administración del presidente Enrique A. Jiménez y su ministro de Educación, José Daniel Crespo (1945-1946), se hicieron las gestiones pertinentes para que la Caja de Seguro Social (institución creada en 1941) financiara, de sus fondos de reserva y para los fines estipulados en la ley, un plan de construcciones escolares en varios puntos del país.

En efecto, el ministro Crespo negoció un contrato de préstamo con el gerente de la Caja de Seguro Social, el que fue aprobado por la Asamblea Nacional, mediante la Ley 17 de 10 de agosto de 1946, por la cual se autoriza “a la Caja a invertir hasta la suma de tres millones de dólares en la construcción de los edificios para escuelas públicas que se acuerdan con el Ministerio de Educación, de conformidad con los planos y especificaciones aprobadas por dicho Ministerio”. El plan de construcciones escolares propuesto incluía la construcción o ampliación de las siguientes escuelas y colegios tanto de la ciudad de Panamá y Colón (principalmente de estos centros urbanos donde el costo de los arriendos escolares era más alto) como del interior del país. En la ciudad de Panamá se incluía los siguientes centros educativos: Escuela Justo Arosemena, cuyo costo aproximado era de 300 mil dólares; Escuela Estados Unidos, con un costo aproximado de 300 mil dólares; la construcción de un anexo de 30 aulas de clases para la Escuela República de Venezuela, cuyo costo estimado era de 200 000 dólares y la Escuela José de Obaldía, con un costo aproximado de 300 mil dólares.

En la ciudad de Colón se propuso construir el Colegio Abel Bravo, con un costo de casi 400 mil dólares; el anexo de la Escuela Pablo Arosemena, con un valor de 200 mil dólares y la Escuela Enrique Geenzier y República del Paraguay, cuyo costo se estimaba en 300 mil dólares. El plan incluía, además, la construcción de cuatro (4) colegios secundarios en el interior de la República, ubicados en las ciudades de David, Santiago, Chitré y Las Tablas, a razón de 250 mil dólares cada uno.

Este plan fue aprobado por el Consejo de Gabinete y su financiamiento constituyó una novedosa alternativa para construir escuelas primarias y colegios secundarios en Panamá. El proyecto era innovador, si se tiene en cuenta que en aquellos tiempos no existían organismos internacionales de crédito como existen en la actualidad. El plan de Crespo tenía un doble propósito: por un lado, permitía dotar de la adecuada infraestructura escolar al Ministerio de Educación para ponerla al servicio de la juventud estudiosa y, por otro lado, generar ahorros sustanciales al erario, al reducir el costo de los arrendamientos escolares en que incurría anualmente el citado Ministerio. Aunque eran otros tiempos y los ingresos nacionales eran muy escasos y limitados, muchas obras públicas pudieron construirse con bajos presupuestos, pues entonces privaba la austeridad, la eficiencia y la optimización en el uso de los recursos estatales.

(*) Investigador y director del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad de Panamá.
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