• 05/08/2022 00:00

La cultura olvidada

Muchos panameños olvidan su cultura. Sobre todo los más jóvenes y los de edad media, ignoran la mayor parte de las expresiones culturales producidas en Panamá.

Muchos panameños olvidan su cultura. Sobre todo los más jóvenes y los de edad media, ignoran la mayor parte de las expresiones culturales producidas en Panamá.

Para contrarrestar esta tendencia al olvido, la editorial de la Biblioteca Nacional está haciendo esfuerzos para revivir la memoria cultural literaria de Panamá. Se están publicando libros que fueron escritos por autores nacionales hace años y que es imposible adquirir en ninguna librería o biblioteca, excepto la Biblioteca Nacional. Un consejo directivo de la editorial de la Biblioteca Nacional, integrado por personalidades de nuestro mundo literario y cultural, escoge las obras que serán republicadas. En la actualidad se han republicado las siguientes obras, que pueden ser adquiridas a precios razonables en la Biblioteca Nacional: Los Clandestinos (César Augusto Candanedo), Los Caballos que Estornudan en la Lluvia (Dimas Lidio Pitty), Pueblos Perdidos (Gil Blas Tejeira), Faragual y Otros Cuentos (Carlos Francisco Changmarín), Veintiséis Leyendas Panameñas (Sergio González Ruiz), Sinfonía Jubilosa y Libre y Cautiva (Stella Sierra), Nalu Nega (Alfredo Cantón), Los Inmigrantes Antillanos en Panamá (George W. Westerman), Trozos de Vida (Belisario Porras Barahona), Lolita Montero (Dora Pérez de Zárate). Recientemente escuché una entrevista que se le hizo por SERTV a la Licda. Briceida Bloise, donde se dio más información sobre las actividades de esta editorial.

En el sector cultural musical acontece el mismo fenómeno. El panameño medio desconoce las obras y autores musicales que nos han dado gloria con sus interpretaciones. La música clásica, ópera y zarzuela tuvieron en nuestro país una época de oro a principios del siglo pasado. Cuando en nuestro Teatro Nacional se presentaban óperas y conciertos sinfónicos, gracias a la gestión de Don Narciso Garay Díaz y otros ilustres músicos que lo acompañaron. Así consta en la obra Sinfónica, Opera y Zarzuela en Panamá, donde se explica que durante 12 años existió en Panamá una Escuela Nacional de Ópera a cargo del tenor italiano Alfredo Graziani. También se presentaron en nuestro Teatro Nacional conciertos de la Orquesta Sinfónica, patrocinados por la Asociación de Conciertos. Más tarde, en 1910, mediante Ley 46 de ese año se eleva a la Escuela de Música a categoría de conservatorio. En 1912 se inician los lunes de conservatorio, que consistían en conciertos semanales que se ofrecían, primero con música de Cámara y luego con música Sinfónica. Los programas de estos lunes de conservatorio aparecen detallados en la obra de Eduardo Charpentier Herrera, titulada Sinfónica, Ópera y Zarzuela en Panamá. Destacaron en estos conciertos las figuras de Alfredo de Saint-Malo, Demetrio Brid, Adriana Orillac, Bertilda Vallarino, Walter Myers, Humberto Vaccaro, María Teresa Vallarino, Alcides Briceño, Francisco Vaccaro, Eloísa Benjamín de Sucre y el propio Narciso Garay Díaz.

Un gran compositor panameño fue Alberto Galimany que nació en Cataluña en 1899 y murió en Panamá 1973. Su obra más conocida fue “Marcha Panamá” y por supuesto el célebre capricho típico panameño.

En nuestro país vivieron grandes compositores musicales, entre los que se destacan Roque Cordero, que nació en 1917 y falleció en 2008. Compuso La Cobertura Panameña No. 2, La Sonatina Rítmica y 5 Miniaturas y 9 Preludios para piano. Fue director ejecutivo del Instituto Nacional de Música de Panamá y compartió responsabilidades con el gran compositor Gonzalo Brenes.

Otro gran compositor fue Eduardo Charpentier De Castro, nacido en Panamá en 1927, que junto con su padre Eduardo Charpentier Herrera figuran entre los grandes compositores musicales de nuestro país.

El compositor Gonzalo Brenes Candanedo, nacido en Chiriquí, en 1907 merece mención especial por su contribución a la música clásica, entre la cual tenemos la obra Patria.

El compositor Ricardo Fábrega fue autor de los boleros y canciones más apreciados, entre los cuales tenemos Panamá Viejo, Taboga, Vereda Tropical, así como varias tamboreras. La compositora Gladys de la Lastra, nacida en Aguadulce, nos dejó la canción Panamá Soberana, que fue el motivo musical inspirador de toda una generación que luchó por la reversión del Canal de Panamá y áreas aledañas.

En mi opinión, la cantante más destacada que ha tenido nuestro país en cuanto a música popular y folclórica es Silvia de Grasse, cuyas ingeniosas y picantes tamboreras todavía la escuchan muchos panameños.

En la actualidad hay varios compositores y músicos que han proyectado a Panamá en el escenario internacional, entre los cuales destacan Rubén Blades, Danilo Pérez, Omar Alfanno y varios otros. Pero los compositores, músicos, y cantantes que antecedieron a Blades, Alfanno y Danilo Pérez son pocos conocidos por la generación actual, lo cual desdice de nuestra memoria cultural y de los valores folclóricos que nos deben caracterizar. Ojalá se puedan “revivir” las obras clásicas y populares de los autores antes mencionados para conocimiento y aprecio de las generaciones actuales.

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