Desaparición

En una hectárea de terreno cabe, más o menos, un campo de balompié. 25 hectáreas de un bosque maravilloso, plagado de vida natural, pronto será arrasado para darle cabida no urgente a la construcción del Órgano Judicial, que se establecerá en las inmediaciones de la Universidad Tecnológica de Panamá.

Lo que desconocen los planificadores es qué esconde la superficie de ese terreno. Pues, por ahí pasó el Camino de Cruces de 1527, con destino hacia la Panamá de Pedrarias Dávila de 1519. Aún hay rastros del viejo empedrado de lo fue la ruta de entrada o de salida de la capilla colonial de Cárdenas o de la Palangana, pasando por el Aljibe UTP. El Camino de Cruces, original o inicial, se establece saliendo de la Venta de Cruces en el Chagres, poco después del informe de exploración del capitán Hernando de la Serna, acompañado de su piloto Corzo. Ese camino, el de Cruces, fue designado como ruta administrativa, porque el principal era para el trasiego de los metales preciosos, conocido como el Camino Real.

Para el historiador norteamericano Rolando Dennis Hussey, en su opúsculo titulado “Caminos coloniales de Panamá” de 1939, y cito: las primeras millas del Camino de Cruces después del puente de Paita (Matadero) no se pueden ubicar y el terreno permite viajar a cualquier parte. Es probable que el Camino de Cruces siguiera la costa más allá de Punta Paita (Punta Paitilla) y luego se desviara hacia el norte, atravesando lo que ahora es un puesto militar. Fin de la cita.

Sí, en efecto, los norteamericanos tenían una garita de control de vehículos que entraban o salían de la Zona del Canal, a un costado del viejo puente de piedra del Camino de Cruces sobre el río Curundú, con destino a San Felipe o quizás hacia Panamá la Vieja. El sitio al que nos referimos está frente al motel popularmente conocido como “Chico la Moña”, y la avenida Luis Felipe Clement. Hussey, no nos describe o no tenía información de la ruta original o inicial del Camino de Cruces saliendo de Chagres en paso por Limarrete, río Cárdenas, relleno sanitario, estadio Rod Carew, capilla de la Palangana, Algibe UTP, parque los Guayacanes, Pueblo Nuevo, vía 12 de Octubre, río de la entrada o Santa Elena, puente del Matadero. El camino descrito aún está sin comprobación histórica. Se hace menester efectuar los estudios de rigor, para encontrar la verdad fáctica de sus empedrados.

Con la devastación paulatina de los bosques canaleros, la rica y extensa superficie de que disponía el cauce acuático o escalera de agua ya resulta pequeña. El resguardo boscoso del que disfrutaba el canal, hace poco más de medio siglo, hoy está languideciendo. La presión social, la venta de terrenos para la expansión de la ciudad, van aniquilando las posibilidades de sobrevivencia del último bosque cercano a las ciudades terminales de Panamá y Colón. Dentro del episodio histórico de la franja canalera, el presidente norteamericano William Howard Taft, en 1912, tomó la decisión de reubicar a por lo menos 60 000 personas que vivián en el territorio de la Zona del Canal. El presidente Porras, ya en su último mandato, contribuyó con darles tierras fuera de los nuevos límites fijados en el tratado de 1903.

La idea de hacer una nueva tabula rasa, aniquilando 25 hectáreas de bosque protector, matando con ello a la fauna que ahí vive, nos parece una idea descabellada. Cada bosque que se pierde lo sufrimos todos. Pronto, el relleno sanitario de Patacón deberá ser removido, ahí pudiese instalarse la edificación del Órgano Judicial o en el propio Amador, ahí hay toda una llanura de terrenos aparentemente disponibles.

Sea cual sea el caso, por favor, busquen otro sitio que no haga desaparecer los bosques de Panamá.