• 07/11/2023 00:00

La desfigurada cara de la política panameña

El Gobierno ha perdido la brújula y una de su parte, la Asamblea de diputados, ha sido un rotundo fracaso

El escenario político panameño es sui-géneri. No conozco contienda política en Panamá que esté tan enmarañada como la actual. Han surgido candidatos por doquier que pareciera una feria libre.

Desafortunadamente, la política ha mostrado la cara más desfigurada que pudiera uno imaginarse. Candidatos que pareciera que sufren de gula: aspiran a cuantos puestos haya. Alianzas incoloras, sin definición y sin un programa serio de gobierno. Muchos de los que aspiran, estuvieron en gobiernos anteriores, y hoy no pueden plantear soluciones que no la dieron y que tampoco la darán, pues de lo que se trata, es de intereses personales.

Piensan los políticos panameños, que esta es una sociedad de mentecatos. Están apostando a la indiferencia y al poco interés de la población que advierte, que en nada le favorece los discursos y promesas huecas Precisamente cada acto que se produce, expresa un enmarañamiento, que lleva a afear el rostro de la política panameña.

Faltan los políticos, verdaderamente comprometidos, que tengan la conciencia que la política es para servir, no para servirse. No ve usted, seriedad en el político. La han convertido en un juego picardía.

Y, es que falta la docencia política, y en eso se ha fallado. El voto debe representar la conciencia del votante, que lo hace convencido que lo expresa en la urna es lo correcto. No obstante, la pregunta que se hace la población, es a quién debe dárselo. Y allí el problema. Mantener el status-quo o hacer verdaderamente un cambio.

Mirar el ayer, es sumamente difícil. En momentos, se habló de mandatarios que hicieron alianza con grupos delincuenciales para gobernar con tranquilidad. Eso es atroz. No hubo en pasados gobiernos siquiera una mirada a los descamisados y menos lo hacen hoy. La burla ha llegado hasta ofrecer un teleférico, que nunca se hizo. Los problemas de la población no se han resuelto. La realidad dura por cierto, se mantiene. No hay día, alguno que no haya una protesta de la población.

El Gobierno ha perdido la brújula y una de su parte, la Asamblea de diputados, ha sido un rotundo fracaso. Es, tal vez, lo más pernicioso. Es vergonzoso su actuar, solamente escuchar intervenciones, incoherentes y sin contenido, es una muestra de ese malogrado órgano del gobierno.

Se ha gobernado para los intereses de los sectores económicos y no para los que no tienen agua, luz cara, alto costo de la vida, empleos, viviendas dignas. Y pareciera que esa es una consigna, es decir, mantener la situación señalada, para tener enmascarados argumentos y pedir con desfachatez el voto.

Hoy, el aprobado apoyo minero, lesivo a los intereses nacionales, a pesar del llamado de la población a quien deben escuchar, han decidido desoírla. La discusión superrápida, en la Asamblea Nacional, la sanción en tiempo récord del Ejecutivo y su publicación en la Gaceta Oficial, es muestra palmaria que gobiernan para los ricos.

La respuesta a esa insensatez, ha de ser contundente. Bien decía, Ricurte Soler, “que no hay cambio social que no se logre a través de desgarradoras situaciones”.

Docente universitaro
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