• 09/12/2008 01:00

‘Al trabajo sin más dilación’

La noticia de que los inversionistas españoles no ven con buenos ojos a Panamá para 2009 me puso a pensar. ¿Será que Panamá está dejando...

La noticia de que los inversionistas españoles no ven con buenos ojos a Panamá para 2009 me puso a pensar. ¿Será que Panamá está dejando de ser atractiva para el capital extranjero? ¿Será que otros países pueden ofrecer algo más de lo que hasta el momento ha ofrecido Panamá? ¿Qué será lo que perciben afuera y que adentro pareciéramos no entender?

En los últimos años hemos tenido una tasa de crecimiento envidiable para muchos países de América Latina. Enormemente ha aumentado el sector construcción; ni se diga de las facilidades turísticas, sobre todo a nivel del interior del país; las instalaciones portuarias nos han convertido en el centro naviero del continente, particularmente en el Atlántico; los servicios financieros van en aumento, reforzándonos cada vez más como centro donde las grandes empresas quieren tener presencia; la ampliación del Canal abre muchas posibilidades.

Hay varios factores que van enviando mensajes negativos hacia afuera. ¿Nos hemos puesto a pensar cuántos días libres hemos tenido los panameños en los meses de noviembre y diciembre, agregándose a ello el pan y el circo que nos dieron a la llegada a Panamá de Margarita y de Saladino? ¿Qué podemos esperar de gente acostumbrada a trabajar, cuando en Panamá con tanta facilidad los bancos cierran cinco días seguidos?

Hay cosas peores a esa idiosincrasia que los gobernantes tratan de estimular en el panameño, quizás para “mangonearlo” más fácilmente: la rampante corrupción. Cada vez que un inversionista llega al país hasta de su misma embajada le dicen que para que le vaya bien tiene que visitar a fulano o a mengano que están llenos de productivas conexiones; tiene que buscar de abogado a perencejo, que es muy amigo de Palacio, y tiene que manifestarse con algo para “alguien” y para su partido. Así, fácilmente conseguirá una cita con el presidente; lo atenderán con bombos y platillos a donde vaya y su foto comenzará a salir en las sociales con gente importante. ¡Buen “comienzo”!... le dirán por todos lados.

El problema surge cuando a dos o a más con el mismo negocio le dan el mismo tratamiento y al final no le pueden cumplir a uno de ellos. El inversionista afectado, al que ya ni las llamadas le reciben, se pregunta entonces, ¿para qué me hicieron gastar lo que gasté? Pone las quejas que nadie atiende; regresa a su país despotricando contra Panamá. Después nos preguntamos por qué nos están viendo cada vez peor en el exterior como “país seguro” para las inversiones. Tremendo reto tienen los nuevos gobernantes sobre el clima de seguridad en las inversiones y el sistema de legalidad que debe existir en el país una vez finalice el gobierno Torrijos en escasos seis meses y pico.

-El autor es escritor, abogado, político y catedrático.gcochez@cableonda.net

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