• 18/02/2019 01:00

Una población llena de dudas y miedos. ¿Hay manipulación?

Con frecuencia encontramos noticias en medios de comunicación, ya sean escritos, radio o TV

Con frecuencia encontramos noticias en medios de comunicación, ya sean escritos, radio o TV, sobre acusaciones que se hacen a funcionarios de diferentes jerarquías.

Podemos entender que algunas no están sustentadas y otras, quizás sí.

Luego de esas lecturas, el ciudadano común espera la ratificación de esas acusaciones o el rechazo sustentado de las mismas. Y el accionar de la justicia, de probarse la falta.

Algunas informaciones son de vital importancia, pues pueden acarrear daños al erario con sus consecuencias conocidas. Erario que se nutre de los impuestos de todos los ciudadanos, sin distingo de clase económica, social o política.

Los días pasan y la noticia queda en el aire. Sin respuesta para el pueblo preocupado por lo que se percibe son malos usos de nuestros impuestos.

Pareciese que la estrategia de unos y otros, sobre todo de los acusados, es dejar que el tiempo actúe sobre la memoria del panameño, que olvida con marcada rapidez, pues lo inundan con otras noticias superfluas.

En conclusión, quedan dudas.

Igual lo observamos cuando un funcionario emite una opinión sobre equis tema y se le contradice por parte de algún otro ciudadano.

No se aclara finalmente quién posee la verdad.

Un ejemplo reciente fue el intercambio de acusaciones entre el Ministerio Público y un magistrado de nuestra Corte. El tiempo pasó y no se aclaró quién decía la verdad.

Se cavó la fosa y se enterró el problema.

Impresiona que los ‘asesores' aconsejan la estrategia ‘tiempo al tiempo y todo se olvida'.

Pero las dudas permanecen.

Igual en distintas glosas se hacen insinuaciones de delitos o conductas no éticas a servidores públicos y todo queda allí. Nada se aclara. La duda persiste.

La libertad de información y de opinión, en una democracia verdadera, no pueden quedar en dudas y dudas. Pierden su sentido esas libertades. Se convierten en burlas al ciudadano.

Nos aproximamos a una campaña electoral donde redes sociales, como en otras naciones, juegan un papel importante.

La noticia falsa es un arma cotidiana y desinformadora.

Las prácticas de sembrar dudas y dudas en la actualidad son sustentos y crean entornos favorables para que estas herramientas debiliten más a esta democracia imperfecta.

Muchas veces sospecho y reflexiono sobre qué otras estrategias se utilizan para dejar dudas al ciudadano y que no luche por aclararlas.

El uso del miedo como elemento que empobrece la actitud crítica del panameño es quizás una de ellas.

Se explota una emoción fundamental del hombre, que obnubila y deprime.

Es arma de poder y sometimiento. Anula la capacidad de lucha. Crea la conformidad e impotencia.

Quizás explique la ausencia masiva de un pueblo en la calle manifestándose pacíficamente contra alguna injusticia o actos de corrupción.

O la duda en verdaderos liderazgos.

Analicemos cómo un gran porcentaje de nuestros medios, sobre todo televisivos, cada día llenan sus pantallas de noticias sobre crímenes, robos, inseguridad ciudadana, etc.

Alimentan voluntaria o involuntariamente el miedo en la población y maquiavélicamente manipulan los primeros niveles motivacionales de la Pirámide de Maslow (necesidades básicas de supervivencia).

Entre dudas y miedos, el poder factual se desenvuelve a sus anchas.

Seguiremos así. ¿Es solo percepción?

Frente a un acto electoral muy importante en el 2019, que puede marcar un nuevo amanecer al país, hagamos inventario de las dudas o el miedo que nos han invadido producto de las manipulaciones mediáticas.

Salgamos del ‘hackeo' mental.

MÉDICO INTERNISTA.

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