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Un momento esperado por millones de católicos, la elección del papa N.º 267, Robert Francis Prevost, de 69 años, anunciada el jueves 8 de mayo en Roma, adoptando el nombre de León XIV, siendo, a su vez, el primer agustino en dirigir la Iglesia católica.
Como indica su nombre, la orden sigue la línea de pensamiento de san Agustín. Sus miembros se llaman frailes agustinos Es el primer estadounidense en ocupar el cargo de papa y se lo considera también con una enorme raigambre y lazos indisolubles con América Latina.
Una sucinta reseña biográfica nos revela que nació en Chicago (Illinois) Estados Unidos, el 14 de septiembre de 1955, hijo de madre española y padre estadounidense.
En su ciudad natal, pasó su infancia y etapa de adolescencia realizando su educación secundaria en el Seminario Menor de San Agustín de Holland, Michigan, de los padres agustinos, donde se graduó en 1973, en la provincia agustiniana de Nuestra Señora del Buen Consejo.
En 1977 obtuvo el grado en Ciencias Matemáticas en la Universidad de Villanova, junto con una especialización en Filosofía. Al año siguiente obtuvo una maestría en la Unión Teológica Católica de Chicago.
Siendo un maestro por antonomasia, dictó clases de matemáticas en el Mendel Catholic High School, y trabajó ocasionalmente como profesor de física suplente en la escuela secundaria St. Rita of Cascia.
Realizó su primera profesión de votos religiosos el 2 de septiembre de 1978, ordenándose sacerdote el 19 de junio de 1982, en el Colegio Agustino de Santa Mónica de Roma. Igualmente, se desempeñó como prior o superior general de la Orden de san Agustín, cargo que ocupó de 2001 a 2013
Luego de su ordenación como sacerdote, fue destinado a trabajar en la misión de Chulucanas en Perú (1985-1986), siendo vicario parroquial de la Catedral y obispo de la Diócesis de Chiclayo, (2015) donde trabajó por más de 10 años como párroco, formador y obispo. Allí adoptó el idioma, la cultura, los retos y desafíos de la Iglesia latinoamericana. Es ciudadano peruano desde 2015.
Indudablemente que sobresale y destaca como un gran pensador y un estudioso excepcional, trasladándose a Roma para proseguir sus estudios en Derecho Canónico en la Universidad Angelicum, donde obtuvo la licenciatura en 1984, y el doctorado con mención magna cum laude con la tesis doctoral El rol del prior local de la Orden de San Agustín (1987).
Fue nombrado por el papa Francisco como cardenal en septiembre de 2023. Y seguidamente fue designado prefecto del Dicasterio para los Obispos, y también presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, dirigiendo estos cargos hasta el momento de su elección como papa de la Iglesia universal.
Es políglota, ya que habla con fluidez inglés, español, latín, francés, portugués, quechua y alemán.
El padre Santiago Martín, escritor y periodista español, lo llama “El papa de la unidad”, ilustrándonos que es “Formado en una de las espiritualidades más antiguas y hermosas de la Iglesia, la de san Agustín”.
La formación del nuevo papa está profundamente ligada a la espiritualidad, la misión y el legado de la familia agustiniana.
La regla de la Orden de san Agustín, escrita en el siglo V, se basa en tres pilares: la vida en común, la búsqueda interior de Dios y la caridad fraterna.
En el siglo XI, esta orden religiosa fue la primera de la Iglesia Católica Romana en combinar el estatus clerical con una vida comunitaria plena. Los agustinos viven en comunidad y se dedican a la oración, a la predicación y a la educación
El cardenal Pietro Parolin, al concluir el cónclave, dijo sentirse “impactado por la serenidad mostrada por Robert Prevost al aceptar, en unos momentos tan intensos y, en cierto modo dramáticos, porque cambian la vida de un hombre. Tiene conocimiento y calma en la argumentación, equilibrio en las propuestas de solución, atención y amor por todos. Creo que León XIV encontrará recursos para dirigir la Iglesia por su gran experiencia de religioso y pastor”.
En sus primeras palabras, el papa ha citado las inspiradoras palabras de san Agustín “Con ustedes soy cristiano y para vosotros soy obispo y en este sentido podemos todos caminar juntos a esa patria que Dios nos ha preparado”.
Su figura se perfila como la de un pastor que conoce el mundo, que ha pisado tierra y que tiene la voluntad de conducir a la Iglesia por senderos de fraternidad, unidad y verdad.
Su lema pastoral: La unidad y la comunión, que forman parte del carisma de la Orden de San Agustín, quien hace énfasis en la unidad en la iglesia y de la necesidad de vivirla.
Muchos consideran que comienza una nueva etapa: un papa con sólida formación teológica, sensibilidad social y experiencia de campo.