• 15/06/2025 00:00

El periodismo, herramienta para abrir caminos de diálogo en medio de conflictos

Panamá arde por dentro desde hace meses, y el país ha sido escenario de un sinnúmero de protestas masivas, en las que han participado varias generaciones y distintos actores sociales en diversas provincias. Entre 2022 y 2023, fuimos testigos de un despertar de la población, que expresó su descontento en las calles por temas como la minería.

Se trata de un reclamo que trasciende las coyunturas y el tiempo. Ahora no es solo por la norma que reforma la Caja de Seguro Social o Ley 462, la que mantiene un ambiente de desasosiego entre la ciudadanía: sino también, la acumulación de un cansancio histórico ante las desigualdades, la corrupción y, peor aún, la falta de un diálogo verdadero sobre los problemas que afectan a la gente.

Es precisamente en estos ambientes de caos social, donde reina la desinformación promovida por intereses políticos y económicos; las posiciones radicales y discordantes mantienen alejada la posibilidad de encontrar un punto medio a pesar de los llamados recurrentes de mediación y conciliación por lo que se hace urgente, una acción comunicativa real. No basta con narrar disturbios o bloqueos; es necesario contextualizar, hacer memoria, humanizar el conflicto y, sobre todo, abrir caminos de entendimiento entre las partes. Ese debe ser el papel de la comunicación y del periodismo.

No se trata de tomar partido, ni del lado del gobierno ni de los manifestantes. El deber ser es presentar todas las perspectivas, usando como herramienta principal la palabra. Incomodar al poder cuando sea necesario, y buscar la verdad de lo que ocurre en las calles, alejados de las pasiones y del sensacionalismo.

Ante la coyuntura actual, es indispensable que periodistas y comunicadores busquen profundidad. Y que los medios de comunicación abran espacios donde puedan escucharse los argumentos de todos, sin distinción.

Este es el momento preciso para recuperar la función social del periodismo y de la comunicación, ya no como herramientas de propaganda o distracción, sino como verdaderos vehículos de entendimiento colectivo.

Hay que tener claro que el relato sí importa y mucho, que la forma en que se cuenta una noticia puede marcar un antes y un después en la salida de una crisis social. El periodismo y la comunicación deben comprometerse con la verdad y la justicia.

Aún estamos a tiempo de evitar que esta crisis se convierta en un colapso. A través de esta profesión y de la responsabilidad de los medios. El cuarto poder debe jugar su rol social indistintamente de las amenazas. Esta conmoción puede ser la chispa que impulse la reconstrucción del país, donde la palabra sea siempre el primer paso hacia la paz.

El poder de la palabra transforma realidades por lo que la función del periodismo y la comunicación es fundamental para la sociedad.

*La autora es periodista y abogada
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