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- 13/06/2020 00:00
Facturas de luz excesivas, durante COVID-19
A raíz de la COVID-19, el panameño está viviendo aterrorizado entre el virus, los contagios, el desempleo, la inestabilidad económica y la corrupción tropical. A este oscuro escenario, se suman las terroríficas facturaciones de luz que están llegando mes a mes, con un sorpresivo aumento en los montos, siendo en algunos casos desproporcionado e injustificado al consumo habitual de los clientes, ocasionando múltiples quejas.
Recientemente, como ejemplo de esta situación, un medio de prensa reportó el caso de una residente en Guararé, provincia de Los Santos, la cual en marzo recibió la escandalosa factura de $23 416.00, por un consumo de 99 974 kilovatios hora, durante 32 días, siendo su consumo habitual de $20 al mes. De igual manera, del 18 de marzo al 15 de abril, ASEP reportó haber recibido unas 1756 consultas de los usuarios con relación a la tarifa eléctrica, el alto consumo, las facturaciones erradas y la velocidad de internet entre otros.
Esta confusa realidad ha traído como consecuencia los pronunciamientos del presidente de la Republica y del administrador de la Autoridad de los Servicios Públicos, en referencia a que no habrá cortes hasta el 30 de junio ni serán tolerados errores en las facturaciones por parte de las distribuidoras (ENSA, Edemet y Edechi, siendo las dos últimas pertenecientes a GAS NATURAL FENOSA), razón por la cual se hará una férrea auditoría a los recibos de marzo y abril, sin descartar los procesos sancionatorios respectivos.
El Reglamento sobre los Derechos y Deberes de los Usuarios y las normativas vigentes, permite a los clientes reclamar directamente a la prestadora emisora del recibo, para luego de recibir contestación en un término de 15 días y como resultado de la inconformidad a esta respuesta, acudir a la ASEP (entidad reguladora), la cual tendrá 30 días para emitir resolución motivada, siendo susceptible inclusive de los recursos de reconsideración, apelación y por último, ante la Sala Tercera de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia.
Dichos trámites, hoy día, se mantienen habilitados “online” y explicado su procedimiento en las redes sociales de estas entidades. No obstante, esto no ha mermado la insatisfacción que sienten los usuarios de pasar por un proceso tedioso, del cual en muchos casos no nace propiamente en sus manos, sino del error de quienes prestan el servicio de distribución de energía.
Lo que busca el panameño es recibir una energía no contaminante a un precio justo y asequible, mediante un servicio de calidad sin apagones, fluctuaciones, daño de aparatos eléctricos o errores en los recibos; sin embargo, durante este evento extraordinario de la COVID-19 podemos concluir que, las distribuidoras, al parecer, están en un camino distante, teniendo como resultado un desafortunado efecto dominó sobre toda la industria energética, especialmente en la percepción que tienen los usuarios al no ver el beneficio en el costo ni mucho menos en el servicio.
Mas, frente al consumo eléctrico no podemos olvidar la responsabilidad que los clientes también deben adquirir frente a un uso moderado de los recursos naturales y el ahorro energético en nuestros hogares. No solo es lamentarnos y ver el costo de la factura, mientras dejamos focos y aires acondicionados prendidos por tiempos prolongados, sino también observar cuánto estamos consumiendo mes a mes, tomando medidas sencillas, las cuales ya he descrito en mi artículo anterior, “Coronavirus: ahorro energético en casa”, con la conciencia de poder reducir un poco esa electricidad innecesaria que en muchas ocasiones utilizamos sin darnos cuenta. Además, considerar a futuro nuevas tecnologías, como los paneles solares, siendo un complemento cada vez más utilizado por empresas y residencias.
Durante este tiempo, será muy importante que los usuarios estén pendientes de su recibo de luz, el consumo (kWh) y la tarifa eléctrica, además de interponer los reclamos ante las instancias necesarias, en caso de ser afectados, pues no debemos olvidar que la electricidad es un bien esencial para la sociedad, que debe ser suministrado de forma eficiente, confiable, segura e ininterrumpida, mediante el cobro correcto de acuerdo con lo que, efectivamente, es utilizado durante cada mes.
Sin duda, esta abundancia de quejas servirá para marcar un claro precedente de la inconformidad que está sintiendo la población en general en cuanto a la prestación de este servicio, lo cual ha sido constante desde el pasado. Por lo que las distribuidoras deberán hacer los ajustes necesarios, trabajando de la forma más rápida posible para responder y solventar en tiempo oportuno a la gran cantidad clientes que hoy están elevando sus reclamos.
De igual manera, la ASEP tendrá un papel fiscalizador decisivo durante este momento histórico, por lo que deberá continuar con estas acciones inmediatas que ya ha tomado para resguardar a los usuarios, asegurando la moratoria en el pago de las facturas sin intereses, subsidios y evitando los cortes de energía. Utilizando, además, la tecnología para dar continuidad a los procesos a través de su plataforma digital, con el objetivo de seguir garantizando la calidad en la prestación de los servicios públicos.