• 02/11/2022 00:00

Fiestas patrias en silencio

“[...] este año viviré las fiestas patrias de un modo muy particular: en silencio, rezando. Y es que estaré en Italia, en la zona de los Abruzos, en medio de un curso de retiro espiritual previo a la ordenación [...], en Roma, [...]”

Panamá es un país muy alegre, uno en el que no hacen falta muchas excusas para celebrar. Recuerdo las palabras que en los meses de abril-mayo solía decirnos el Prof. Cabrera, que nos impartía en el Colegio De La Salle las clases de Gobierno y de Relaciones de Panamá con los Estados Unidos de América: “Muchachos, aseguren sus buenas notas ahora, porque en los meses que terminan en 'BRE', en este país no se hace nada”. Era la forma de animarnos a poner nuestro mayor esfuerzo en los primeros bimestres del año académico, porque, en efecto, los últimos meses estaban llenos de fiestas de todo tipo, civiles y religiosas.

Comienza en Panamá el Mes de la Patria, el mes de noviembre, que nos recuerda los acontecimientos históricos por los que hoy somos una república soberana e independiente. En mis años de juventud, el día 1 se celebraba, además del Día de Todos los Santos, el Día del Niño; el Día de los Difuntos el 2; el 3 la separación de Panamá de Colombia; el 4 el Día de la Bandera, hoy Día de los Símbolos Patrios; el 5 la consolidación de la separación, gracias a la gesta que se llevó a cabo en la provincia de Colón; el 10 el Grito de La Villa de Los Santos, con que inició la independencia de España en 1821; finalmente, el 28 de Noviembre, la independencia de Panamá de España. Actualmente, excepto por la celebración del Día del Niño que pasó a otra fecha, el resto sigue igual.

Al amanecer del día 3 de Noviembre se reunirán en distintos puntos del país bandas para tocar las clásicas dianas; el arzobispo presidirá el “Te Deum” en la Catedral metropolitana, en presencia de las autoridades gubernamentales y las de distintas denominaciones religiosas; seguirán los desfiles patrios a lo largo y ancho del país, con la participación de cientos de bandas escolares y también, no pueden faltar, las bandas independientes. Todo un despliegue de patriotismo y civismo.

Sin embargo, este año viviré las fiestas patrias de un modo muy particular: en silencio, rezando. Y es que estaré en Italia, en la zona de los Abruzos, en medio de un curso de retiro espiritual previo a la ordenación en la que el próximo 19 de noviembre, en Roma, 25 fieles del Opus Dei, jóvenes profesionales en distintas especialidades -ingenieros, abogados, médicos, biólogos, periodistas, arquitectos, docentes y economistas, entre otros- recibiremos el sacramento del orden en el grado de diáconos. No veré la transmisión en vivo de los desfiles, me perderé a mi querido Batallón Juana de Arco del que fui coronel en 1997; no resonarán en mí las notas de la Marcha La Salle, ni del himno nacional. Pero sin duda tendré muy presente en mi oración las intenciones de muchos y especialmente rezaré por Panamá, para que este mes patrio sea ocasión de encuentro, de unidad, de fraternidad, de promoción de la paz y el bien común.

Les pido que también ustedes nos tengan presentes a nosotros, los 25 ordenandos, provenientes de 12 países distintos correspondientes a tres continentes: África, América y Europa, para que aprovechemos estos días y para que, con la luz del Espíritu Santo, renovemos nuestros deseos de entrega a Dios y de servicio a la Iglesia. Que por la intercesión de Santa María La Antigua, Patrona de Panamá, sean muchos los frutos de santidad los que acompañen estos días de celebración en nuestro istmo y de oración en los Abruzos.

(*) Abogado y comunicador, futuro sacerdote del Opus Dei.
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