• 13/07/2020 00:00

Fracasos antipandemia o cuando las élites son antidemocráticas

La mayor parte de las medidas propuestas por el Consejo Consultivo Presidencial de Salud (en adelante, CCPS) tienen que ver con lo que médicos con algo de formación científica social han sugerido desde el primer mes de la confirmación de la pandemia; algo que sistemáticamente subestimó la Comisión anterior, lo que habla de un avance en esta lucha.

La mayor parte de las medidas propuestas por el Consejo Consultivo Presidencial de Salud (en adelante, CCPS) tienen que ver con lo que médicos con algo de formación científica social han sugerido desde el primer mes de la confirmación de la pandemia; algo que sistemáticamente subestimó la Comisión anterior, lo que habla de un avance en esta lucha.

Sin embargo, el razonamiento crítico nos sugiere formular una pregunta en el entendido de que esas medidas deben pasar al plano de la toma de decisiones, esto es, la dimensión política: ¿El carácter del sistema de salud y más aún del Estado, hace factibles las propuestas de la nueva comisión? El hecho de que la misma no fue hasta el fondo en el tipo de medidas necesarias, deja entrever sus propias dudas. Por ejemplo, desarrollar “educación comunitaria y campaña de motivación” (CCCP, Comunicado, 3/07/2020), busca que la gente por sí misma llegue a tomar decisiones informadas, tal como los manuales de Economía de la salud neoliberal declaran… solo que, cuando se trata de culturas -con hábitos arraigados- y condiciones de vida disímiles, esto no opera por combustión espontánea.

Desde hace al menos seis semanas (Ver Pinnock, Roberto, “La organización sanitaria del pueblo: terror de las élites del poder”, 1/06/2020) diversos organismos de salud, como Comenenal y la Asociación Nacional de Enfermeras, lo mismo que los que somos parte del Departamento de Medicina Preventiva y Social de nuestra Facultad de Medicina, hemos insistido en la necesidad de restaurar la organización de base comunitaria denominada “Comité de salud”. ¿Y qué justifica esta medida que suena a necedad a los oídos tecnocráticos?

Conocemos que son los de las bases de un territorio los que conocen a su gente y sus necesidades, lo mismo que saben cuáles medidas no resultan pertinentes. La materia prima de todo planificador científico y éticamente comprometido está allí. Además, si esa “educación comunitaria y campaña de motivación” que propuso la CCCP llega a la gente organizada y con facultad para tomar decisiones en su nivel territorial de influencia, el equipo de salud se potencia, alcanzando resultados poco probables de lograr con el limitado número de personal de salud que caracteriza a las políticas neoliberales, generando las incapacidades y la fatiga laboral que los está abrazando.

Este déficit, hace plantear a la CCCP contratar a “200 médicos exclusivamente para la atención comunitaria en la red COVID” (Ibidem). ¿Cuál ha sido la respuesta de los tomadores de decisiones? El Gobierno anunció que se contratarán 50 médicos, de los más de 500 médicos desocupados; esto es, se incorporará pírricamente al 10 % de estos y a la cuarta parte de los sugeridos por la comisión. Prácticamente, ningún impacto significativo.

Aristóteles -conocido intelectual elitista del esclavismo ateniense-, señalaba entre sus preocupaciones sobre la democracia, que, si el pueblo tenía derecho al voto, los pobres serían mayoría y usarían su poder de voto para arrebatar propiedades a los ricos (…) de modo que había que impedirlo. Para tal efecto, sugería medidas, proporciones guardadas, como las que hoy se encarnan en el Mides con sus subsidios de extrema pobreza. Con esto, alejaría del pueblo esos imprudentes pensamientos igualitarios (Aristóteles, La Política, en: Chomsky, Noam, 2013). ¿Acaso esto es la base de que la CCCP haya sugerido “garantizar la alimentación y la condición económica del paciente con COVID (…) y a los que están en su domicilio habrá que garantizar su alimentación en base a su nivel socioeconómico”? O sea, que ¿a los de comunidades de pueblos originarios o barrios pauperizados, habrá que darle lo mismo -poquísimo- de que disponen por su condición material?

Todo sugiere que las medidas publicitadas por la CCCP quedarán convertidas en una lista de buenas intenciones. Quienes administran la cosa pública, representantes de las élites económicas capitaneadas por la bancocracia, siguen las indicaciones de Aristóteles. En consecuencia, la forma más efectiva de cuidar su poder es impidiendo la organización de base comunitaria que participe en la toma de decisiones dentro de sus territorios y que de seguro demandaría medidas inaceptables para los que mandan de verdad en el país, como asignaciones de recursos contrarias a las hechas por estos. Con lo cual, se revela el verdadero espíritu antidemocrático de las élites y sus tecnócratas. Nos toca organizarnos los de abajo, con o sin su consentimiento formal, no hay de otra.

Sociólogo y docente de la UP.
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