• 25/09/2017 02:00

De las funciones legislativas y la corrupción

Debemos concebir que la Política no es solo para los políticos partidistas

La ciudadanía está irritada por la inconciencia de nuestros diputados ‘que no presentan ninguna Ley', ‘que solo los jueves van al hemiciclo', o ‘que están más con sus electores que en la Asamblea'. Al respecto de lo anterior, además de las funciones judiciales (que tampoco cumplen los mal llamados padres de la patria) y las administrativas que les son encomendadas por disposición constitucional, el artículo 159 de nuestra Constitución Política (que enlista diecisiete obligaciones legislativas), sintetiza los deberes parlamentarios en la ‘... expedición de las leyes necesarias para el cumplimiento de los fines y el ejercicio de las funciones del Estado...', normativa que al parecer desconocen los diputados, pues no legislan, no investigan a los magistrados, no fiscalizan las instituciones públicas, desconocen el contrapeso que deben hacer dentro del sistema político y por si fuera poco, han institucionalizado la inasistencia laboral, que a cualquier panameño normal, por faltar tres días consecutivos o dos lunes en el curso de un mes les representaría una certera causal del despido.

Y a estas alturas me pregunto, ¿quién despide a los diputados? ¿Para qué sirven los mismos? ¿Cómo luchamos contra la corrupción que ocasionan? O más sencillo aún, ¿por qué la Contraloría General de la República se no ‘realiza las inspecciones e investigaciones tendientes a determinar la corrección o incorrección de las operaciones que afecten patrimonios públicos y, en su caso, presentar las denuncias respectivas'. De modo tal, que los diputados por lo menos puedan ser procesados ante el Tribunal de Cuentas, a causa de las lesiones patrimoniales que le ocasionan al Estado, al no cumplir con sus horarios de trabajo y por incumplir sus responsabilidades parlamentarias; pues sus faltas deberían ser corregidas con la cautelación de sus bienes, hasta que devuelvan los salarios recibidos y no trabajados.

Ante tanta depravación político-social, debemos concebir que la Política no es solo para los políticos partidistas, que en su gran mayoría están corrompidos; por tanto, no debemos limitarnos solo a criticar la corrupción, la ineficiencia y la improvisación de nuestros políticos, ya que estos están lejos de entender que deben ser honrados, transparentes, justos y responsables ante las funciones públicas que desempeñan, aunado a que deben asimilar que se deben al pueblo que los eligió. Por ello, nos toca comprender que si enarbolamos el estandarte de la honestidad y repudiamos la descomposición social, podríamos obtener un rol positivo como sociedad, transformándonos en protagonistas políticos y sociales, y en centinelas de un efectivo Estado de derecho; en sentido contrario, si no hacemos nada, seguiremos teniendo dirigentes políticos como la diputada modelo o el distribuidor de jamones, que no representan un buen ejemplo para las actuales juventudes ni para las futuras generaciones, pues estos, seguirán descreyendo en la política, mientras no le sirvamos de ejemplo, y no le labremos las vías que les permitan creer e incorporarse en la política, viéndola como un mecanismo de dignidad y dignificación del ser humano.

ABOGADO

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