• 01/12/2023 00:00

Las gestas patrióticas

(comparar) la gesta patriótica de la siembra de banderas en la zona del canal en 1958 con la situación actual respecto a la declaratoria de inconstitucionalidad del contrato minero; [...] es comparar manzanas con peras

A propósito de una opinión vertida en las redes comparando la gesta patriótica de la siembra de banderas en la zona del canal en 1958 con la situación actual respecto a la declaratoria de inconstitucionalidad del contrato minero; me permito aclarar que es comparar manzanas con peras.

El acto de protesta de 1958 iba encaminado a recuperar nuestra soberanía sobre el recurso natural más valioso de nuestro país, teniendo como fin incuestionable un enorme beneficio económico para el mismo

Esta gesta patriótica fue efectuada de forma cívica y pacífica con el beneficio de que envió un mensaje a la comunidad internacional de la madurez panameña con relación a nuestras aspiraciones.

Incluso si extendemos el análisis a lo acontecido en 1964; los institutores se apersonaron a la escuela de Balboa en paz con el propósito de izar la bandera, haciendo cumplir un acuerdo entre Panamá y los Estados Unidos.

La violencia que surgió después que fuesen agredidos envió un mensaje a la comunidad internacional de nuestro correcto proceder y quienes ocasionaron el estallido posterior. Estas acciones eventualmente nos dieron la fuerza moral y el apoyo Internacional para recuperar nuestra soberanía y el Canal con los beneficios económicos que ello ha implicado.

El caso de la Minera es distinto primero porque representa una pérdida económica de gran magnitud y sobre cuyos ingresos los sucesivos gobiernos y particularmente el presente, habían hecho planes que no se podrán ejecutar y que también guarda relación con los enormes niveles de endeudamiento público adquiridos pensando en esos ingresos; gastarse la plata antes de tenerla.

Segundo, porque la errática actitud con omisión del deber estatal de hacer efectivo un fallo previo de inconstitucionalidad, irresponsabilidad conque por décadas se ha manejado el tema minero, nos hace acreedores del daño adicional de una posible pérdida del grado de inversión, la desconfianza sobre la seguridad de inversión en Panamá a ojos de la comunidad internacional y uno o varios fallos arbitrales que nos obligue a pagar billones no solo por el caso de First Quantum sino todas las otras concesiones afectadas por la ley 407 de moratoria minera.

Por si fuera poco, hemos sentado un precedente que Dios quiera y me equivoque; nos perseguirá cual vampiro en busca de sangre.

Cerrar vías, destruir propiedad pública, vandalizar comercios, violar derechos de libre tránsito, afectar la salud y educación, secuestrar y destruir la economía del país etc. No es cónsono con una gesta patriótica como las antes descritas y menos forma aceptable de propuesta bajo ninguna excusa para reclamar, ya bien sea el deseo de las mayorías o no.

Lo que hemos logrado es mandar un nefasto mensaje a la comunidad internacional sobre la seguridad no solo de inversiones, sino de potenciales turistas con los que los verdes, no los moderados, entre los que me cuento, sino los de ultranza, pretenden sea uno de los pilares sustitutivos de los ingresos mineros.

A lo interno solo hemos empoderado a quienes muchos de los cuales con vinculaciones ideológicas internacionales de cuestionable valor de patria chica, hoy fortalecidos, consideran que este es el método a futuro ser aplicado a cualquier protesta.

La celebración de hoy se convertirá en mueca y desintegración social a futuro, cuando el problema

económico que hoy crea se sume a los muchos otros que tenemos en el ámbito de institucionalidad, corrupción política y empresarial ligada a ella, mediocridad educativa, criminalidad etc.

Todos estos males regresarán incrementados a propósito de la próxima “crisis patriótica” que bien podría ser el problema de la CSS.

La estrategia de abandono del poder para pacificar, no me convence porque la historia demuestra lo contrario y terminas sin poder y sin paz.

En fin, esta gesta patriótica dista mucho de las otras que me ha tocado vivir.

El autor es abogado
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