• 24/09/2013 02:00

Gestión de la diversidad genética

El camarón (Litopenaeus vannamei) es la especie marina de mayor importancia para la acuicultura en Panamá. El cultivo de camarón se real...

El camarón (Litopenaeus vannamei) es la especie marina de mayor importancia para la acuicultura en Panamá. El cultivo de camarón se realiza en unas 10 mil hectáreas que están ubicadas en las provincias de Coclé, Herrera, Los Santos, Panamá y Veraguas. Según datos de la Encuesta de Acuicultura de la Contraloría General de la República, en 2011, la producción de 39 fincas camaroneras alcanzó 2.1 millones de libras comercializadas a nivel local y 12.6 millones de libras destinadas al exterior. La producción conjunta está valorada en $33.7 millones. Estas cifras indican que el cultivo de camarón es una gran fuente de divisas y empleo para el país a través de las exportaciones dirigidas principalmente a Estados Unidos y Europa.

El Código de Conducta para la Pesca Responsable de la FAO reconoce, en su Artículo 9.3, que la diversidad genética de las poblaciones, naturales o cultivadas, debe gestionarse de manera responsable. La diversidad genética debe ser manejada adecuadamente, ya que representa la materia prima que permite a los camaroneros mejorar la producción, la eficiencia y la comercialización del camarón cultivado. En un principio, el cultivo de camarón dependía en gran medida de los recursos genéticos naturales. Los camaroneros utilizaban las postlarvas capturadas en los esteros y manglares para llenar sus estanques de producción.

Esto afectaba a las poblaciones silvestres, tanto de camarón como de otras especies que eran capturadas incidentalmente. Posteriormente, al desarrollarse técnicas de cultivo que permitieron cerrar el ciclo biológico del camarón en el laboratorio, fueron implementados programas de cría selectiva y mejoramiento genético buscando postlarvas de camarón de rápido crecimiento y con resistencia a enfermedades. A pesar de los logros alcanzados, han surgido problemas de reducción de la diversidad genética en los camarones utilizados en los programas de mejoramiento como resultado de la endogamia por consanguinidad.

Para mejorar la competitividad de la industria acuícola, es necesario innovar el sistema productivo, incorporando el conocimiento científico y tecnológico. Los avances en la genética y la aparición impetuosa de las técnicas genómicas, junto con el progresivo abaratamiento de los costos en los análisis de ADN (secuenciación), está propiciando un cambio de escenario en el campo del mejoramiento genético del camarón. Este cambio ofrece la oportunidad de creación de nuevo valor agregado a la producción camaronera y permitirá entender de una manera integral los efectos de las condiciones ambientales en la fisiología del camarón o su capacidad de respuesta.

En otros países, la industria del cultivo de camarón ha ido incorporando herramientas para estimar diversidad genética y parentesco entre lotes de reproductores; el rastreo del genoma mediante mapas genéticos; el análisis de la expresión de genes específicos; la identificación de genes importantes; y más recientemente, la utilización de las nuevas tecnologías de secuenciación masiva que están incrementando el conocimiento sobre los recursos genéticos acuícolas de forma exponencial. Los estudios sobre la diversidad genética y la genómica del camarón, y el establecimiento de los perfiles de expresión de los procesos fisiológicos del organismo ante cambios ambientales, permitirá ofrecer tecnologías novedosas para su incorporación al sector productivo. Es ineludible la aplicación de estas tecnologías al cultivo del camarón en Panamá.

La diversidad genética natural es un recurso valioso que los camaroneros deben gestionar y utilizar periódicamente en sus programas de mejoramiento genético, y que junto al uso de mejores prácticas de gestión y el empleo de la genética y genómica, permitirá hacer más rentable el cultivo de camarón. Además de planes de mejoramiento genético en las fincas de producción, pueden desarrollarse programas de repoblación, en los que se respeten las características genéticas y de comportamiento de las poblaciones silvestres, que pueden contribuir a la recuperación y mejoramiento de las poblaciones de camarón en las zonas costeras. Para acometer estos retos, es necesaria la participación de las partes interesadas en proyectos de investigación, desarrollo y extensión, y el establecimiento de colaboraciones público-privadas. Panamá requiere integrarse a la evolución tecnológica de la acuicultura moderna en una forma eficaz, sostenible y responsable. Es el momento de iniciar el trabajo para aprovechar la diversidad genética marina y renovar la acuicultura panameña.

BIÓLOGO.

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