• 23/12/2015 01:00

Golpes parlamentarios

Empujones y cachetadas ensombrecieron el hemiciclo al trocarse la dialéctica por el enfrentamiento físico  

Empujones y cachetadas ensombrecieron el hemiciclo al trocarse la dialéctica por el enfrentamiento físico y enrarecieron el ambiente por el nivel de confusión sobre la secuencia de los hechos, pero con una rápida proyección de catapulta a las redes sociales. Cuando se empezó a aclarar el teatro de los acontecimientos, se supo que se trataba de un diálogo grosero y no muy cordial entre dos honorables damas, dueñas de curules.

La morbosidad ciudadana se hizo los cuestionamientos sobre los detalles. ¿Quién inició? ¿Por qué se pelearon? ¿Quién fue la agresora y quién la agredida? Algunos llegaron a otras preguntas y envolvieron a los colectivos políticos. ¿Qué diferencias irreconciliables hay en los partidos que ellas representan? ¿En qué proyectos no se ponen de acuerdo y se fueron a los golpes?

Un escenario parlamentario es una arena por excelencia donde se debaten posiciones e interpretaciones de la realidad basadas en enfoques ideológicos; en la praxis que cotidianamente realizan las corporaciones allí representadas. Las comunidades brindan informes sobre su visión de las políticas gubernamentales.

Con estos insumos se construyen opciones y los contenidos del trabajo legislativo, que no están exentos de conflictos. En las comisiones especializadas, se discute en forma parcial y luego en el pleno se amplía los debates con la finalidad de dar coherencia a los textos que habrán de convertirse en las leyes y que al aprobarse, se envían al Órgano Ejecutivo para su sanción.

El espíritu de la diferencia orienta el trabajo de los honorables diputados en cada momento. Ellos tienen herramientas retóricas para alcanzar a sustentar sus puntos de vista; ganar la adhesión de los demás y convencer a la población de que la ruta elegida en el cuerpo de una disposición, es la adecuada. Si no es así, entonces los argumentos de los contrarios se hacen más poderosos con el objetivo de ganar otros consensos.

A veces, el calor de las discusiones, de las posiciones de las banderías, genera diferencias entre los individuos que ostentan la representación popular. Pero, como todos saben que forman parte de un mismo ente, se alcanzan, negocian acuerdos para aprobar la norma más útil o de mayor valor que satisfaga a la sociedad. Sin embargo, las diferencias personales, que pueden generarse en tal circunstancia, no deben enturbiar el trabajo en común.

Alguien contó que cuando Thelma King, diputada por la provincia colonense conoció a Raúl Arango Gasteazoro —recientemente fallecido— al coincidir ambos en la Asamblea en los años 60 del siglo pasado; ella se refería a él con calificativos que guardaban toda la carga de desacuerdos de clase por la procedencia político-social de ambos.

Un tiempo después y producto del trabajo legislativo, ella logró reconocer lo que valía y forjó con él una amistad indisoluble. Muy a pesar de las divergencias propias en esa institución parlamentaria, ellos conciliaron sus puntos de vista y fortalecieron el carácter de la gestión que se hacía en el contexto de la discusión habitual y las tareas propias de ese órgano.

Las labores que corresponden a los miembros de la instancia legislativa son de importancia trascendente. Además de otras condiciones que deben revestir a quienes representan los diferentes sectores partidarios, es fundamental una sensibilidad y fortaleza emocional que sustente su labor en los diferentes climas que surgen con las disposiciones que entran en el campo del debate.

Hay una tendencia que es cada vez más frecuente en esta institución. Se trata de la intolerancia que va desde aspectos superficiales y vinculados con circunstancias personales, como la diferencia reciente de las dos diputadas; pero que avanza a factores más profundos y que llenará la carretera legislativa de baches que terminarán haciéndola intransitable. Esa no es la perspectiva deseable en el país, que debe marchar hacia la gobernabilidad.

PERIODISTA Y DOCENTE UNIVERSITARIO

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Un escenario parlamentario es una arena por excelencia donde se debaten posiciones e interpretaciones de la realidad basadas en enfoques ideológicos...

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