• 12/01/2010 01:00

Lecciones en la historia

¿Cuántas veces nos han dicho que el hombre es el único animal que se estrella con la misma piedra varias veces? Quizás la razón de este ...

¿Cuántas veces nos han dicho que el hombre es el único animal que se estrella con la misma piedra varias veces? Quizás la razón de este fenómeno es el hecho de que el hombre, no importa su educación y formación, no aprende en cabeza ajena. Es común, entonces, ver a grandes hombres cometer grandes errores, igual que antepasados y otros grandes hombres antes que él. Pareciera que la experiencia ajena, muchas veces hasta la propia, no les sirviera.

Uno de los peores casos de repetición de errores se da en el ejercicio del poder. Todos aplaudimos esa máxima del liberalismo, “ gobierna como para cuando estés en oposición ”, indicando que no debes hacerle a tu adversario lo que no quieres que te hagan a ti al perder el poder. El problema está en que son muy pocos, por no decir ninguno, los que entienden lo pasajero del poder. Recuerdo al inolvidable George Weeden, cuando en 1990 me decía: “ Mario, del gobierno los arnulfistas saldremos en 20 años ”. Luego viví el retorno del Partido Revolucionario Democrático (PRD) y la seguridad con la que pensamos que nos quedábamos 20 años, hasta se hizo un plan de cuatro gobiernos. Tras el triunfo de Mireya Moscoso nuevamente los arnulfistas pensaron que se quedarían siempre, y qué decir de los PRD del último gobierno. Todos, al final, quedan víctima de la forma como trataron a sus adversarios desde el poder.

Hoy, un gobierno fuerte, popular, de alta aceptación, tiene la opción de gobernar respetando a sus adversarios o simplemente avasallarlos con el poder. Yo recuerdo la fuerza de un Carlos Salinas de Gortari, luego exilado y perseguido por la justicia de su país, México. Recuerdo la popularidad y fuerza de un Alberto Fujimori, hoy reducido a un número de presidiario en una cárcel, por 25 años en Perú, al igual que su poderoso y temido Vladimiro Montesinos. ¿Quién puede desconocer la fuerza y popularidad de Arnoldo Alemán en Nicaragua, posteriormente arrestado? Sin olvidar por supuesto a generales y dictadores, desde Jean-Claude Duvalier a Raoul Cédras y tantos otros haitianos exilados o arrestados.

El poder y popularidad de un Abdalá Bucarán se redujo finalmente a un exilado político y la fuerza de un Jorge Serrano Elías, popular y querido en su momento, hoy vive distante de su Guatemala. Todos pasaron su momento de popularidad, poder y gloria, reemplazados luego por la invariable alternabilidad del poder en el marco democrático. Pero, ¿han aprendido lo políticos la lección? Pareciera que no. Todavía hoy vemos cómo políticos no entienden que una cosa es la campaña y otra la Presidencia de la República. Se es candidato de unos, pero presidente de todos. La tragedia es que se llega al poder pensando que se le debe a unos, que se gobierna para esos que lo apoyaron, que se es presidente de solo un sector de la población.

Actualmente estamos a un paso de iniciar una nueva etapa de nuestra República, la era del revanchismo político. Donde el ganador no solo dominará el mundo económico, sino que cerrará las opciones de sus adversarios, donde se pierda aún más la fe en la justicia y la imparcialidad de la aplicación de las leyes.

Si no evitamos ese paso, si no encaminamos nuestra democracia al respeto de las instituciones, a la verdadera separación de los poderes del Estado, si no gobernamos para todos, estaremos cada vez más cerca de un desenlace trágico en nuestra democracia.

*Ingeniero y analista político. marognoni@cwpanama.net

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