• 24/02/2018 01:03

El Idaan y las estrategias de manipulación

El Estado daría en concesión por un período de tiempo determinado un porcentaje de las acciones del Idaan

En días pasados, un periodista local (de quien omitiré el nombre para evitar caer en el morbo que nos distraiga del debate sobre la idea publicitada) hizo mención —manifestando su correspondiente desaprobación— de los trámites que adelanta el Gobierno nacional para la adquisición de un préstamo con el BID de 250 millones de dólares presuntamente para mejorar la gestión administrativa de la producción y distribución del agua potable. En esto de la queja de este préstamo de tal magnitud estoy absolutamente de acuerdo con él, por cuanto sobran los estudios al respecto y en tal caso de requerir actualizaciones, hay suficiente recurso humano en las consultoras locales y en las principales universidades del país para atender buena parte de lo que se quiere contratar.

Sin embargo, este señor para sustentar su desacuerdo hizo referencia a lo dicho por supuestos ‘expertos en este tema' que tienen la idea de que ‘la solución menos traumática para sacar al Idaan de este atolladero es utilizar la figura de la asociación público-privada'. Según esto, ‘el Estado daría en concesión por un período de tiempo determinado un porcentaje de las acciones del Idaan a una empresa que se encargue de la administración de la misma, con el compromiso de convertirla en una institución moderna...'. Se está hablando aquí de pura y llana privatización de uno de los pocos servicios a la población que no se ha privatizado aún, como es el de dotación del agua potable. Es más, el autor lo justifica con verdades históricas a medias —lo que hace falso el fundamento del argumento empleado— afirmando que si no se hubiese privatizado el IRHE y el Intel ‘en Panamá tendríamos apagones todos los días y en materia de comunicación quién sabe cómo estaríamos...'.

E s evidente que desconoce estos retazos de la historia patria, patentizando su propensión confesa a condenar el ejercicio de empresas públicas por parte del Estado y vanagloriar la eficiencia administrativa del sector privado como una verdad absoluta. Pues bien, debe saberse que en 1972, la compañía Fuerza y Luz, de capital privado extranjero, fue convertida en empresa estatal, subdividiéndose a su vez en IRHE —energía eléctrica— e Intel —telecomunicaciones—, en virtud de razones tales como la incapacidad manifiesta del grupo de sector privado para expandirse fuera de la zona de tránsito o metropolitana.

El IRHE y sobre todo el Intel, llegaron a ser modelos de gestión para empresas privadas y estatales de América Latina. Me tocó conocer delegaciones de otros países que venían al Intel a aprender sobre la eficiencia en la gestión que se tenía hasta mediados de la década de 1980 cuando los vientos privatizadores comenzaron a soplar con fuerza.

Moraleja, no siempre la gestión del sector privado es más eficiente o superior que la del Estado o sector público. Obviamente, si se pone en la administración de una entidad como el Idaan o la CSS a un experto o especialista que opera con el chip de la lógica del sector privado, se puede apostar 100 a 1 que resultará siendo una entidad ineficiente. Es lo que se evidenció en los últimos años del IRHE y el Intel, antes de sus privatizaciones... es lo que se viene evidenciando en los casos del Idaan y la CSS.

En realidad, salir con esta clase de argumentos proprivatizadores —disfrazados de asociación público privado— con base en el innegable deterioro de la gestión del Idaan, no es más que una evidencia de la aplicación de lo que Noam Chomsky denomina la segunda estrategia de manipulación económica, social y mediática, empleada por los sectores que solo velan por sus más mezquinos intereses económicos y de poder. Esta estrategia —crear problemas y después ofrecer soluciones— habla de situaciones en las que, por ejemplo, se crea una crisis económica para que el pueblo acepte como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el DESMANTELAMIENTO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS.

Por lo tanto, a menos que se esté del lado de los intereses de los mercaderes de la cosa pública, no es ni objetivo ni racional, seguir repitiendo la falaz idea de que con una gestión privatizada nos irá mejor en la dotación de agua potable, la atención de salud o el saneamiento en general. Ya ha habido fracasados intentos en el saneamiento, el transporte y otros servicios públicos que lo confirman.

SOCIÓLOGO Y DOCENTE UNIVERSITARIO.

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