Ignominia institucional

Las instituciones sociales, a nivel general, son las encargadas de satisfacer ciertas necesidades particulares y específicas, como por ejemplo: la institución familiar se encarga de proveer a la sociedad de nuevos individuos, dicha función es la más manifiesta y evidente; pero tiene otras que son menos claras y muchas veces desaprobadas y negadas por sus miembros.

Entre las funciones latentes de la institución familiar se encuentra la de socializar al individuo, dependiendo en qué nivel de la estructura social se posicione; es decir, enseñarle un modo de actuar correcto para su nivel socioeconómico, no está de más decir que dicha función es completamente ignominiosa.

Parece que en la sociedad panameña las funciones latentes de nuestras instituciones, y especialmente aquellas que benefician a las clases positivamente privilegiadas, son las que han tomado fuerza. Solo debemos echar un vistazo para darnos cuenta de la ignominia generalizada de nuestras instituciones.

La ignominiosa institución educativa, es un ejemplo, pues mientras que los hijos de las clases privilegiadas asisten con toda normalidad a sus colegios de ‘clase’, los de las clases negativamente privilegiadas siguen postergando la posibilidad de su movilidad social.

El ignominioso ‘Sistema Penitenciario’, es otro ejemplo, aunque de sistema tiene muy poco, pues solo es una serie de edificios destartalados, donde encierran a las personas, en estos no hay ninguna oportunidad de resocialización y dentro de ellos no hay ningún control institucional.

El ignominioso sistema de salubridad pública parece que está siendo administrado en beneficio del sector privado; pues su falta de medicamentos, los largos periodos de espera para las citas médicas, sus también destartalados edificios —aunque sus directivos sí disponen de un edificio nuevo y con el mantenimiento adecuado—. Todas estas penurias hacen que los pacientes, si disponen de los recursos, asistan a instalaciones privadas.

*OBRERO Y ESTUDIOSO DE LA SOCIOLOGÍA.