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- 18/06/2017 02:02
Secretos y conflictos de interés
Según demuestra un estudio reciente, publicado en el American Journal of Preventive Medicine, las dos grandes empresas embotelladoras de soda del mundo entregaron millones de dólares a 96 organizaciones dedicadas a la salud y se comprometieron públicamente a bajar sus niveles de azúcar, pero al mismo tiempo en silencio y debajo de la mesa obstaculizaron 29 proyectos de ley destinados a reducir el consumo de sodas y mejorar la nutrición y la salud de los consumidores.
Según los autores del estudio, Daniel Aaron y Michael Siegel, de la Universidad de Boston, ‘estas compañías combatieron el 97 % de los casos en que ciudades, estados y países intentaron mejorar la salud pública, y mediante este mecanismo secreto de financiamiento impulsaron de forma inadvertida sus planes agresivos de marketing'. Es decir, usaron a las organizaciones de salud para disimular sus verdaderos propósitos. La mayor parte de los beneficiarios de la ‘generosidad' de estas dos embotelladoras fueron organizaciones privadas, pero también llegaron a autoridades de Gobierno y a instituciones emblemáticas en EE.UU., como es el caso del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Voceros de la industria de sodas revelaron recientemente que estas dos empresas habían asignados entre 2010 y 2015 más de $120 millones en cabildeos y financiamiento de estudios realizados por asociaciones y grupos vinculados a la lucha contra la obesidad y la hipertensión. Mediante el apoyo a organizaciones e instituciones de salud, las dos embotelladoras trataron de mejorar su imagen en un intento por ganarse la buena voluntad del público y para distraer la atención de sus acciones de presión sobre medidas que las perjudican comercialmente. Alrededor del 35 % de los adultos estadounidenses son obesos y el 69 % tiene sobrepeso, de acuerdo con los datos oficiales. Los gastos en tratamientos relacionados con la obesidad representaron un 20 % del dinero utilizado para la atención de la salud del país. Cifras similares se registran en la mayoría de los países del mundo, incluyendo Panamá, donde el 32 % de la población es obesa y el 65 % tiene sobrepeso.
Según señala el estudio, el lobby de estas dos empresas se lleva a cabo en los círculos de poder, donde ejercen una gran presión, dado su nivel de productividad y sus buenos resultados económicos, lo que las hace muy fuertes a la hora de emplear su poderío para conseguir lo que quieren. Ambas dedican ingentes esfuerzos y mucho dinero para frenar o anular cualquier legislación que vaya en contra de sus productos, poniendo de esta manera a las organizaciones de salud patrocinadas en una posición de conflicto de intereses.
Varias de estas organizaciones de salud, tras haber recibido las jugosas donaciones de las dos embotelladoras, retiraron su apoyo a proyectos de ley y medidas que intentaban combatir los problemas derivados del consumo de bebidas azucaradas. Y los ejemplos de estas prácticas lamentablemente son muchos.
Igualmente, ambas empresas siempre tratan de salir airosas en estas batallas de poder, jugando con las necesidades de las organizaciones involucradas. Si a ello se le suma que en sus declaraciones siempre resulta que son corporaciones multinacionales que se venden bien, que muestran programas de responsabilidad social, que generan miles de plazas de trabajo, que invierten millones de dólares en plantas de manufacturas y que dicen se les combate injustamente, queda claro que dicen una cosa y hacen otra.
Ante las recientes sugerencias de la Organización Mundial de Salud de que se impondría un impuesto a las bebidas que tuvieran niveles altos de azúcar, los dos gigantes de las sodas salieron al paso y declararon que ‘casualmente' ellos también tenían el mismo objetivo. Pero más allá de declaraciones, promesas, ayudas con segundas intenciones, millones repartidos y presiones de la más variada índole, lo que les interesa a estas dos compañías básicamente es seguir vendiendo sus productos, al costo que sea.
Y por si preguntan quiénes somos o a quiénes representamos, por este medio hacemos pública nuestra declaración de conflicto de interés que reitera que la investigación y redacción de nuestros artículos de opinión y demás manuscritos, así como la operación y el mantenimiento del sitio web www.lifeblends.net, la realizamos únicamente con dinero propio. Igualmente, aquí declaramos que no ganamos salarios, regalías ni honorarios de ninguna empresa o industria ni viajamos patrocinado por nadie a conferencias sobre nutrición, salud pública y obesidad. Es decir, la defensa que hacemos en aras de una alimentación saludable está fundamentada únicamente en principios básicos como honestidad y transparencia, principios que debieran practicar las embotelladoras que osan en promoverse como empresas ejemplares.
EL AUTOR ES EMPRESARIO, CONSULTOR EN NUTRICIÓN Y ASESOR DE SALUD PÚBLICA.