• 20/08/2020 00:00

Inversión de los polos magnéticos

El campo magnético se extiende desde el núcleo interno de la Tierra hasta el límite donde se encuentra con el viento solar (región de la magnetosfera).

El campo magnético se extiende desde el núcleo interno de la Tierra hasta el límite donde se encuentra con el viento solar (región de la magnetosfera). Su magnitud es mayor en los polos y menor en el ecuador. Este campo cambia con el tiempo en intensidad y orientación, por el movimiento de aleaciones de hierro fundido en el núcleo del planeta. Se desplaza unos 40 km por año en dirección hacia Rusia. Cada cientos de miles de años los polos se invierten.

Esta capa magnética protege a la Tierra de los rayos cósmicos que destruirían la atmosfera externa, incluyendo la capa de ozono que nos resguarda de los rayos ultravioleta. ¡Perder el campo magnético significa quedar como el planeta Marte!

La última inversión de polos sugiere que fue hace 41 mil años con la Era del Hielo y puede ocurrir en cualquier momento, gradual o aceleradamente, trae consigo cambios climáticos en la mayoría de las zonas planetarias. ¿Podrán las especies vegetales y animales adaptarse a la velocidad del cambio climático? Esto afectará la vida como la conocemos. Para que no se piense que tengo complejo de astrofísico o de experto en electrobiomagnetismo, dejaré el tema hasta aquí.

Pero, hay otro cambio aún más grave para la humanidad y tiene que ver con la inversión de los polos MORALES de la sociedad. Así como la inversión magnética traería una serie de calamidades climáticas, el cambio de nuestros valores esenciales para la convivencia humana traerá igualmente perjuicios que marcarán la trayectoria del homo sapiens sapiens (hombre actual).

La creciente tendencia de la ley del menor esfuerzo o del juegavivo, es decir, recibir todo sin ganarlo; el exponencial número de personas que no cree en nada; y, el dinero fácil por corrupción impune, entre otras aristas, nos hacen reflexionar que somos homo sapiens NO TAN SAPIENS.

No podemos evitar el cambio magnético, pero sí modificar nuestra conducta. ¡El sentido común lo dicta! Pero, como se dice que es el menos común de los sentidos, tenemos una ardua faena por delante para magnetizar la educación y la moral entre los polos de lo correcto y lo incorrecto. Lo preocupante es que los polos opuestos se atraen, aduciendo que es algo inherente a la condición humana. Pero no hay duda de que debemos hacer lo correcto por el bien común, porque ninguna sociedad sobrevive si reina el absoluto caos. Debemos magnetizar nuestros valores morales, señalando con claridad lo que está bien y lo que está mal.

Exmagistrado de la CSJ.
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