• 03/12/2012 01:00

Islas Senkaku y su riqueza: del olvido al reclamo de China Popular

Los pasos dados por Japón para reincorporarse como miembro del conjunto de naciones han sido muy concretos y respetuosos de las normas d...

Los pasos dados por Japón para reincorporarse como miembro del conjunto de naciones han sido muy concretos y respetuosos de las normas del derecho internacional.

Sus contribuciones a la ONU, su asistencia internacional reembolsable y no reembolsable, el ejercicio pacífico de sus relaciones internacionales, la renuncia a la amenaza y al uso de la fuerza para el logro de sus objetivos, el uso de la diplomacia para la resolución de los conflictos y el no estar comprometido en ninguna confrontación bélica desde 1945 a la fecha, son muestras fehacientes de la voluntad de un pueblo que tras enfrentar la destrucción de sus recursos económicos y la aniquilación de parte de sus recursos humanos ha sabido mantener una convivencia y coexistencia pacífica en el concierto de las naciones.

El reclamo de la República Popular China de las Islas Senkaku surge al hacerse público el estudio sobre la riqueza del lecho marino circundante. En 1968 la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Asia y el Lejano Oriente publica el estudio de prospección de recursos minerales en áreas costeras de Asia. Participaron instituciones de Taiwán, Japón, Corea y EE.UU. Este informe señala que ‘la información acumulada indica que el grueso estrato neógeno (de hace 25 millones de años), posiblemente conteniendo petróleo, se extiende de la cadena submarina de Ryukyu, la margen externa de la plataforma continental entre Japón y Taiwán, la parte central del Mar Amarillo y del Golfo de Pohai’.

La República Popular de China reclama, esgrimiendo un supuesto derecho justificado en los tiempos de las dinastías esclavistas* de los emperadores chinos (*término de V.P. Potemkim). En abril de 2012, Taiwán rechazó una invitación de la República Popular China para trabajar conjuntamente en la solución de la disputa territorial con Japón. El ministro de Asuntos con China Continental, Lai Shin-yuan dijo: ‘La República de China y China Continental no tratarán la disputa (de las Islas Tiaoyutai) conjuntamente. China Continental ha dicho que ambos deben resolver el tema conjuntamente, pero ese no es el enfoque que estamos tomando porque (Taiwán y China Continental) ya tienen sus disputas sobre soberanía. Nosotros insistimos en nuestra soberanía’. El Consejo de Asuntos Continentales de la República de China (Taiwán) es el equivalente a la Oficina de Asuntos de Taiwán de la República Popular China.

Indica V.P. Potemkin que ‘China fue un poderoso imperio feudal, que había realizado grandes CONQUISTAS y mantenía bajo su VASALLAJE a numerosos países vecinos: Corea, Mongolia, Turkestán Oriental, Birmania, Tibet y Vietnam’. Las fuentes históricas revelan que la expansión del imperio chino se dio por medio de la confrontación militar directa y por presiones solapadas. El mecanismo era el envío de embajadores que seguían las rutas marítimas y la ruta de la seda. Por ejemplo, la dinastía Ming del siglo XIV, fija como objetivo establecer vínculos diplomáticos y comerciales con los Estados del Archipiélago de Malasia e Indochina. Ello iba acompañado de la fundación de colonias chinas para afirmar la soberanía china en esos Estados, asegurando mediante tratados, privilegios y garantías para los embajadores, mercaderes, colonos y navegantes chinos. Los Estados ‘bárbaros’ pagaban tributo al ‘hijo del cielo’, o sea China. Si los reyes rechazaban concluir tratados, se utilizaba la fuerza directa del ejército, la fuerza naval y el secuestro de reyes junto con su corte, familia y colaboradores para persuadirlos de firmar tratados con China dinástica imperial. La llegada de los europeos provoca que la Dinastía Ming (1368-1644) inicie un proceso de aislamiento para protegerse del occidente colonial expansionista.

La República Popular China, pensando en su antigua historia imperial, en tiempos modernos, continúa reclamando sus antiguos territorios imperiales. Existen reclamaciones territoriales con el Tibet, Uighur, islas de Vietnam, las Filipinas, Brunei y Malasia en el Mar del Sur de China. La Isla de Formosa hoy se ve amenazada con la Ley Anti-Secesión de 2005 de la República Popular China, que obliga a la reunificación de la provincia de Taiwán y ve su existencia como un ‘problema residual de la guerra civil (1927-1950) y asunto interno de China’, donde se prevé el uso de ‘medios no pacíficos’ si Taiwán se independiza. Sería anacrónico que España reclamara los territorios independizados de América Latina, aduciendo que son de la Corona de la España imperial. ¿Qué pasaría con los 21 países hispanoparlantes?

Entre 1623 y 1642 Holanda controlaba Taiwán. El Consejo de Formosa (holandés) dominaba la actividad comercial y explotación económica, emitía permisos para caza de venados, de residencia y de trabajo, y cobraba impuestos. La Dinastía Ming no tenía interés en la región ocupada por Holanda y España. Cuando los holandeses llegaron a Taiwán no había ninguna autoridad china establecida. Veamos qué ocurre con islas menores, en particular las Islas Senkaku.

Estas islas eran faros de navegación para los viajes de los embajadores chinos y de las misiones tributarias de los países vasallos a China. Las islas Senkaku son mencionadas en los registros chinos como sitio de paso y descanso, no de ocupación. Junto con las islas taiwanesas de Huaping, Pengjiu y Mianhua marcaban la ruta desde y hacia las Islas Ryukyu (Okinawa). Entre el período de 1371 y 1879 (Dinastías Ming y Qing), se realizaron 23 viajes de investidura de China a las Islas Ryukyu y 580 viajes de las Ryukyu a China para el pago de impuestos.

El Gran Mapa Ming de 1461, mostraba que las islas Pengutao (Pescadores) entre la provincia de Fujien y Taiwán eran posesión de los Ryukyu. En el Gran Mapa de la Dinastía Qing se indica que ‘era un sitio remoto, bárbaro desde tiempo antiguo y no pertenecía a China’. Reconocía que era sitio de reunión de japoneses. En las Senkaku, los registros catastrales no revelaron ni población ni dominio de China. O sea que estaban deshabitadas y no había evidencia de control chino.

Las Senkaku estaban en la jurisdicción de la Prefectura de Okinawa y las agencias gubernamentales japonesas. La Resolución de Gabinete del 14 de enero de 1895 permite el amojonamiento e incorporación las Islas Senkaku a Japón. El Gobierno Meiji (1868-1912) aprobaba actividades como: la recolección de plumas de aves, la producción de bonito seco, la recolección de coral, la crianza de ganado, la fabricación de productos enlatados y la recolección de fosfato de guano mineral, entre otras actividades. Los registros catastrales facilitaban al Gobierno Meiji el cobro de impuesto.

Japón ha mantenido jurisdicción de las Islas Senkaku, instalando radares, estaciones meteorológicas, faros para la navegación, realizando investigación por accidentes aéreos, registros catastrales y manteniendo la seguridad. En 1972 revierten a Japón las Islas Ryukyu (bajo administración estadounidense) incluyendo las Islas Senkaku. La reversión y el estudio de la ONU marcan el inicio de los reclamos de la República Popular China. Qué bueno que Colombia no reclamó el Canal de Panamá en el 2000, cuando revirtió a Panamá.

En el Tratado de Shimonoseki, Francia y Rusia objetaron la cesión de la parte sur de la provincia de Fengtien en la Bahía de Lao-tung y el Mar Amarillo en China. Las Islas Senkaku no figuraban en el Artículo 2 del Tratado de Shimonoseki: ‘a) la provincia de Fêngtien ubicada en la sección este de la Bahía de Liao-tung y la sección norte del Mar Amarillo; b) la Isla de Formosa junto con todas las islas que le pertenecen a dicha isla de Formosa; y c) el Grupo de Pescadores. Es decir, todas las islas localizadas entre 119° y 120° grados de longitud al este de Greenwich y 23° y 24° grados latitud norte.’.

El legítimo derecho de Japón sobre las Islas Senkaku debe reconocerse sin amenazas militares ni destrucción del beneficioso comercio China-Japón. Debe haber apego a los principios del derecho internacional, la igualdad soberana de las naciones, el respeto a los derechos humanos y el ejercicio pleno de la democracia.

Retornar al uso de la violencia y la coerción como mecanismos de solución de los diferendos entre las naciones de antiguo no está fundamentado en las normas del derecho internacional hoy en un mundo global y comunicado. Que España no reclame su derecho sobre Panamá y Centro América, o que Portugal no reclame Brasil.

La República Popular China es un centro económico que no se debe utilizar para amenazar a sus socios económicos ni al mundo, ya no hay centro del mundo o reino celeste, ni dinastías imperiales chinas, o ¿es el poder económico chino una nueva modalidad de secuestro? ¿Tendrá el mundo que arrodillarse?

ESPECIALISTA EN ESTUDIOS ASIÁTICOS Y ESTUDIOS INTERNACIONALES.

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