Jazz virtual en festival

El inicio de un nuevo año tiene siempre aires renovadores, coincide con la temporada seca y los vientos soplan e inspiran actividades diferentes para augurar otros emprendimientos satisfactorios. Las primeras semanas de enero, desde hace 18 años, traen consigo una cita musical con el jazz, que impulsa el pianista Danilo Pérez y que ha convertido la ciudad de Panamá en el escenario para esa fiesta de repercusión internacional.

En las actuales circunstancias de una pandemia, podría pensarse que es imposible alcanzar tal convocatoria rítmica; pero en esta ocasión corresponderá al país constituirse en sede del Panamá Jazz Festival Virtual con una selección de estrellas que recorrerán plataformas para brindar testimonio creativo, pleno de interpretaciones de un género ya centenario y que ha permitido a muchos compositores expresar sus variadas emociones.

El programa para esta entrega incluye al Cuarteto de Wayne Shorter, uno de los más entusiastas intérpretes que ha cautivado varias veces a los melómanos locales. Además, el virtuoso bajista John Patitucci y el percusionista brasileño Roggerio Bocatto. Joe Lovano y el dúo de Judi Silvano intervendrán. El cantante Kurt Elling se escuchará, así como a Kris Davis y Val Jeantly y el bajista italiano Paolo Damiani.

Habrá actuaciones especiales de Rubén Blades y la Salsa Big Band de Roberto Delgado, la saxofonista Patricia Zárate y el propio director Danilo Pérez. Todo esto rinde homenaje a dos importantes figuras: Enid Lowe, nacida en Colón y Walter “Gene” Jefferson, oriundo de la capital. Ambos nacieron en la década de los 30 y se mudaron a Nueva York, donde se involucraron en la atmósfera de grandes escenarios y grupos que les prestigiaron.

Las presentaciones no son el único ingrediente del menú. Se incluyen el IX Simposio Latinoamericano de Musicoterapia, el V Simposio de las Expresiones Culturales, Artísticas y Musicales de los Afrodescendientes de Panamá y el VI Congreso de Educación en el Hogar. Todos estos encuentros cuentan con la intervención de expertos que ofrecen talleres y tratamientos, en que sonido, acordes e instrumentos ofrecen armonías restauradoras.

La variedad de grupos provenientes de África que se asentó en el sur de Estados Unidos mezcló tradiciones autóctonas y en la segunda mitad del siglo XIX dieron inicio a ese tipo de manifestación que se hizo popular y a la que se llamó jazz, término aparecido en diarios en 1913, al igual que ragtime.

Los esclavos negros tenían prohibido el uso de los tambores y en sus reuniones se valieron de las palmas de las manos, utensilios, calabazas, semillas y quijadas de reses para extraer sonidos que semejaran a la percusión de cueros y maderas. De allí, emanaron esas expresiones sincréticas que también aludían a sus creencias. Surgen entonces, agrupaciones, conjuntos y bandas que hacen suyas y proyectan esas formas a una escala de espectáculos.

Los obreros del Canal de Panamá y las comunidades afroantillanas que se establecieron con posterioridad en las zonas contiguas, fueron influidos por estas corrientes, que pronto interesaron a algunas mentes inquietas. Ellas viajaron a Estados Unidos y se unieron a orquestas para dar coherencia a la fiebre creativa. Por esa razón Panamá aportó con figuras tanto vocalmente como en la ejecución para consolidar la naciente cultura.

Gracias al respaldo del Gobierno nacional y entidades como la Ciudad del Saber, se logra fortalecer un fondo que ha servido para la formación de jóvenes que tienen inclinaciones para convertirse en figuras sobresalientes en esta disciplina que se basa en sonidos y articulaciones que juegan con el aire, metales, maderas y llaves para hacer brotar sensaciones a quien expone y a la audiencia.

Los precios son voluntarios y de acuerdo con las posibilidades del público.

En su concreción virtual, seamos protagonistas de una nueva experiencia con este festival de jazz 2021 que se celebra esta semana.