• 23/08/2015 02:01

Jimmy Carter. Imprescindibles del siglo XX

Hoy, mirando a la muerte a la cara, me queda claro que la obra, semblanza y carácter humanista del presidente Carter trascenderán

El reciente anuncio de la enfermedad del presidente Jimmy Carter me obliga a hacer públicas algunas letras dedicadas a una de las personas cuya ejecutoria y compromiso ha impactado, no solo en lo personal, sino en la vida de muchas personas alrededor del mundo. Al presidente Carter y al senador por el estado de Minnesota —candidato a la Presidencia de los Estados Unidos (1964)— Hubert Humphrey, debo el honor de haber participado en el más prestigioso programa de intercambio profesional promovido desde la plataforma Fulbright, por el Departamento de Estado de los Estados Unidos; haciendo este reconocimiento parte de ‘la incansable devoción al servicio público, y el sincero deseo de mayor entendimiento entre las naciones y ciudadanos del mundo'. Además de haber definido el curso de mi trayectoria profesional, fue definitivo en mi compromiso y declaración de servicio público a Panamá y a la sociedad mundial.

Carter expresó —durante un homenaje a Humphrey— en el Instituto de Asuntos Públicos Hubert Humphrey —en mayo de 1980, en la ciudad de Worcester, Massachusetts— un reconocimiento al interés en promover un programa de educación en memoria de éste (al senador), diciendo que ‘pocas cosas hubieran sido de su satisfacción, como el saber que estamos ayudando a las personas jóvenes en continuar su educación y mejorar su educación para el servicio de la sociedad mundial'. Carter se sumó al interés de Humphrey en ‘romper las barreras entre las naciones mediante el conocimiento'.

La vida y obra de Jimmy Carter han sido caracterizadas por el servicio público a los Estados Unidos y a la sociedad mundial. En uno de sus logros destacados en el plano de la diplomacia está la promoción y firma del Tratado del Canal en 1977, fue quien, junto al general Omar Torrijos, permitió la transferencia del Canal a Panamá. A Carter se le recordará por este evento —que no tendrá referencia en nuestra historia republicana—, al menos en mi memoria y que se mantiene en mi conciencia, de manera permanente y como norte en mi nicho de trabajo, escenario desde hace al menos dos décadas continuas, he estado comprometido al servicio del Canal y de Panamá en temas relacionados a las áreas revertidas y la vía acuática.

El presidente Carter tiene entre sus méritos diplomáticos el papel de negociador y mediador en conflictos internacionales entre Etiopía y Eritrea en el año de 1989, en Corea del Norte, Liberia, Bosnia y Haití (1994); en Sudan y la región de los Grandes Lagos en África (1995-96). Bajo The Carter Center se han enviado 45 misiones de monitoreo electoral en América, África y Asia; incluyendo las elecciones de Panamá en 1989.

Se suman a su ejecutoria en el campo de la diplomacia los Acuerdos de Camp David y los tratados de paz entre Egipto e Israel; el Tratado SALT II con la Unión Soviética y el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos y China.

Los recientes destellos de su servicio público se centran en los esfuerzos humanitarios, trabajando intensamente en organizaciones como HABITAT para la Humanidad, la promoción de los derechos humanos y para aliviar el sufrimiento de la gente alrededor del mundo. Ha desplegado esfuerzos personales en contribuir a mejorar los sistemas de salud en África y América Latina.

Fue distinguido en el año 2002 con el premio Nobel de la Paz, reafirmando en su discurso que ‘los vínculos de nuestra humanidad común son más fuerte que las divisiones que generan nuestros miedos y prejuicios' ... ‘Dios nos da la capacidad de decidir. Podemos optar por aliviar el sufrimiento. Podemos decidir para trabajar juntos por la paz. Nosotros podemos hacer el cambio y debemos provocarlo'.

Hoy, mirando a la muerte a la cara, me queda claro que la obra, semblanza y carácter humanista del presidente Carter trascenderán como uno de las más grandes hombres que vio el siglo XX, de los que considero imprescindibles y cuya memoria quedará estampada como única, en mi condición de hombre y ciudadano que con él compartimos este tiempo y este momento.

HUBERT HUMPHREY FELLOW.

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