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- 12/10/2016 02:03
Carta abierta a Ban Ki—moon
Panamá, 12 de octubre de 2016
Señor
Ban Ki—moon
Secretario general de la ONU.
Nueva York – EE.UU. E. S. D.
Señor secretario general:
Hoy se cumplen 524 años de una triste recordación para los pueblos originarios de América: el inicio de la conquista, colonización y genocidio por un supuesto descubrimiento de América.
Las huellas, las heridas de estos hechos históricos están vivas en la memoria y corazón de cerca de 40 millones de integrantes de los pueblos originarios que habitan a lo largo y ancho del continente americano. Este hecho histórico de genocidio colonial, no debe ser opacado ni olvidado y tergiversado para las actuales y futuras generaciones.
Este holocausto colonial de exterminio y masacre fue un hecho de proporciones colosales y nadie puede negar la evidencia de que ocurrió la destrucción de grandes culturas y civilizaciones indígenas con su mitología, templos, códices, libros, calendarios y los inventos de la escritura. Entre ellas podemos mencionar el Imperio azteca en México, de los mayas de Centro América y el Imperio inca en Perú, y otros que se estaban desarrollando.
La historia de América está escrita con sangre de millones de vidas indígenas; pero su historia contada excluye la valentía de grandes personajes indígenas que, a pesar de no contar con armas iguales, se enfrentaron con gallardía en defensa de sus tierras, territorios, recursos naturales, costumbres, tradiciones y la vida de sus pueblos.
La herencia colonial aún tiene sus raíces vivas en la actualidad, en pleno siglo XXI, ante la indiferencia de muchos observadores pasivos, cuyos silencios los convierten en cómplices sin percibirlo. El despojo de sus tierras ancestrales en las que han vivido desde tiempos milenarios aún tiene vigencia en aras de un ficticio desarrollo, los Gobiernos dan concesiones sin el consentimiento libre, previo e informado para el desarrollo de megaproyectos que no benefician a los originarios. El dios del dinero y sus ambiciones pecaminosas los ciegan y destruyen sin piedad a la madre naturaleza; el llamado de atención a nivel internacional sobre el cambio climático, cae en sacos rotos; la personalidad jurídica de los pueblos indígenas, contemplada en la legislación nacional y los instrumentos del Derecho Internacional de los Pueblos Indígenas aprobados y ratificados por el Estado, no tienen valor para los Gobiernos, empresarios nacionales y mucho menos para los bancos transnacionales prestatarios y de manera especial los bancos europeos.
La conquista y colonización no han terminado para los pueblos indígenas, actualmente son de tipo moderno, tecnificado y hasta se ha creado su figura de legal.
Esto nos lleva a la conclusión de tener que recordar y exigir que existe una deuda histórica impagable por parte de España, Inglaterra, Francia, Portugal y la Santa Sede a los pueblos originarios actuales.
Por todas las consideraciones antes expresadas, sobre las cuales notamos que la ONU no ha hecho un pronunciamiento, resolución o declaración por esta nefasta fecha de luto, dolor y triste recordación, nos atrevemos a solicitarle a la ONU el estudio y posibilidad de que, mediante una resolución, declare el 12 de octubre de cada año como DÍA DE DUELO INTERNACIONAL POR LAS VÍCTIMAS INDÍGENAS DEL ENCUENTRO DE DOS CONTINENTES.
Aparte de no odiar, pero jamás olvidar, el objetivo de esta declaración o resolución es aumentar el conocimiento sobre este hecho histórico ocurrido a lo largo de la historia y que percibimos que se está olvidando por la actual generación. Nos es conveniente que esto constituya una vergüenza para la humanidad, porque QUIEN NO CONOCE SU HISTORIA ESTÁ CONDENADO A REPETIRLA.
En nombre de los pueblos originarios de la América indígena, le agradezco su amable atención y reflexión a la presente nota.
Atentamente,
EX LEGISLADOR DE LA REPÚBLICA DE PANAMÁ.