Según el comunicado de la ANA, los billetes y monedas encontrados corresponden a denominaciones de los países de Brasil, Cuba, Turquía, entre otros.

He servido muchos años al Estado panameño. En la primera Asamblea Legislativa, después del golpe militar de 1968 participé como legislador y fui reelecto para ese cargo en 1989. Después fui alcalde del distrito capital en 1989 por 15 meses. Trabajé durante 33 años como profesor en la Universidad de Panamá y tres años y seis meses como embajador de Panamá ante la OEA. De las mayores satisfacciones de mi vida que recibo es el encontrarme con aquellos, tras el servicio público que prestaba, que guardan buenos recuerdos de mí como persona y como funcionario.
Para mí, el servicio público es el mecanismo que tenemos las personas que ocupamos un cargo oficial de ser útiles a los demás que, al final de cuentas son los que pagan nuestros salarios. Por eso siempre procuré impulsar esa mística de trabajo en todas las personas que laboraron conmigo como funcionarios o que fueron mis estudiantes.
Tras 35 años de aquella experiencia, todavía me encuentro con alguno que me llama Alcalde y recuerda cosas hechas por mí desde ese cargo. Ni que decir cuando me identifican como profesor por el tanto tiempo que serví como docente o de aquellos que recuerdan de las distintas leyes que impulsamos en la Asamblea, como esa de los descuentos de jubilados y de la que ahora a mi edad soy beneficiario. O que recuerden como procuré darle lustro al nombre de Panamá cuando ejercí un cargo diplomático en Washington. Nada de eso tiene precio y ese recuerdo permite vivir con regocijo de haber actuado con rectitud.
El funcionario público es eso: servir a los demás y no servirse del cargo para obtener algún beneficio. Afortunadamente, me encontré uno de esos días atrás, lo cual me produjo una enorme satisfacción.
Por una casualidad fui testigo del trabajo eficiente y rápido de un ministro de Estado. Me sorprendió la diligencia que desplegó al atender el urgente asunto que le planteé, aunque desconocía de quien se trataba.
Una buena mañana recibí un video del amigo caricaturista Hilde Sucre desde Aguadulce. En el mismo, un conocido suyo, José Tejeira, le planteaba el problema de una familia, que él y su entorno tenían varios años ayudando. Viven en un campo, en el corregimiento de La Madera, cerca de Copé, provincia Coclé. La madre inválida, de nombre Eli, estaba postrada en una cama con una enfermedad difícil de diagnosticar, abandonada por su marido. Cada día se deterioraba más. Por su estado físico no estaba en capacidad de facilitarle la educación y la alimentación a sus cinco hijos menores. Casi no podía ni hablar y no podían satisfacer sus necesidades alimenticias. Por el raquítico estado que la estaba consumiendo, un buen coclesano, José Tejeira hizo un video describiendo esa tragedia, para ver quién podía ayudar a la mencionada señora.
Se me ocurrió enviarle ese vienés 8 de agosto, copia de ese mensaje y el video al ministro de Salud, doctor Fernando Boyd Galindo, para ver si alguien escuchaba el clamor de ayuda del joven Tejeira. Lo conozco hace casi 40 años y es de los funcionarios que te contesta los mensajes. Para mi sorpresa, minutos después de mi envío el ministro me escribió, indicándome que el ministerio de Salud atendería el caso con la prioridad que reclamaba. De inmediato se comunicó con uno de los hospitales públicos coclesanos, organizando una expedición al sitio para el día siguiente, sábado 9. Sí, el día donde seguro el ministro se disponía a descansar y a pasarlo con su familia. Boyd Galindo se hizo acompañar por personal médico del área, llevándole víveres y medicamentos a la enferma, a quien trasladarían a un hospital.
Esta acción del ministro de Salud me llamó mucho la atención porque usualmente los funcionarios no se salen de su rutina y más, en un día de asueto. Dio mucho más de lo que usualmente se espera. Dio el ejemplo de lo que un funcionario debe ser sin que nadie sepa lo que hizo y sin cámaras para recoger el acto de buen samaritano que hizo ese día.
Ojalá todos los funcionarios aprendan de este ejemplo, No solo por la rapidez con que hizo el acto que comento, sino porque lo hizo, no solo sin esperar nada a cambio y sin pretender ganar puntos con fotos y videos por hacer un acto de humanidad.