• 09/12/2012 01:00

Libertad, igualdad, fraternidad

Cada cierto tiempo, con más frecuencia de la deseada, nos enteramos que algún organismo internacional, con una periodicidad casi enfermi...

Cada cierto tiempo, con más frecuencia de la deseada, nos enteramos que algún organismo internacional, con una periodicidad casi enfermiza, se ocupan de amenazar a nuestro país con sanciones, listas negras, y de todos los colores que se les ocurra, y qué más sé yo, si no hacemos tal o cual cosa.

Las excusas para las amenazas varían de acuerdo con la época. Actualmente están de moda el lavado de dinero que financia el narcotráfico, y el terrorismo. La realidad es que los países grandulones desean que les sirvamos de recaudadores de impuestos.

Esto se ha convertido en una guerra de la Comunidad Internacional contra este pasillo, como nos etiquetó un conocido líder político nuestro ya fallecido.

Uno de los principales dolores de cabeza de los estados grandulones son las acciones al portador de nuestras sociedades anónimas, que han llevado a nuestros prohombres, preocupados por ese mal paso nuestro, mal paso común en otras latitudes, y de algunos países querellantes, sin que sufran las horrendas amenazas que nos anuncian a nosotros, proponer un proyecto de ley, que cambie la que actualmente rige la materia.

Nuestra Superintendencia de Bancos, siempre tan obsecuente con esas medidas económicas extra-panameñas, se ha dedicado con una acuciosidad realmente digna de mejor causa, a dictar una serie de medidas absurdas (para usar un eufemismo) que deben cumplir nuestros bancos para tratar de evitar las benditas sanciones.

Esperanza inútil.

La Comunidad Internacional, o no sé si debería llamar El Cartel Internacional, que es en realidad lo que son, no va a suspender ni las amenazas, presiones y cualquier otra medida que consideren conveniente para proteger lo que llaman sus intereses.

Y caigo en título de este pequeño artículo.

La frase ‘Libertad, Igualdad, Fraternidad’ fue la bandera de la Revolución Francesa, que ha servido de motivo a todas las que han seguido, sin que la cumplan. Esos principios ya habían sido expuestos en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, y fueron utilizados en la consagración del sitio de Gettysburg por Abraham Lincoln en el mejor discurso político que se ha pronunciado en esa nación el ‘Gettysburg Address’. Su lectura dura menos de dos minutos y debe ser estudiado por toda persona que se interese por esos menesteres. Pero la puntilla, para hablar en términos taurinos, la dio el indio mejicano, el Benemérito don Benito Juárez, cuando en memorable oración dijo ‘entre las naciones, como entre los hombres, el respeto al derecho ajeno es la paz’.

El Cártel parece no entenderlo. Los ejemplos son múltiples.

*POLÍTICO.

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