• 04/06/2010 02:00

La lucha por los valores en el sector educativo

La docencia es la profesión más noble que pueda existir y junto con los valores, conocimientos y pericias que existen desde la antigüeda...

La docencia es la profesión más noble que pueda existir y junto con los valores, conocimientos y pericias que existen desde la antigüedad se convierte en el eje de nuestra vida.

La formación docente que llevamos muchos hombres y mujeres para preparar a nuestros relevos no es una carga liviana; sin embargo, al escogerla por vocación nos hicimos responsables de enseñar, entre otras cosas, valores éticos y morales; y que a raíz de los altos niveles de delincuencia se están retomando con mayor fuerza. Y el asunto es evidente, pues a menudo se puede ver cuánto cuesta ser cortés con las personas que encontramos en el colegio o escuela donde laboramos.

Es irónico enseñar valores a nuestros estudiantes, cuando en la misma escuela encontramos maestros y maestras que no se dan el saludo por cualquier motivo. Entonces, ¿cómo nosotros podemos exigir a nuestros estudiantes que no se peleen, que no hablen mal uno del otro, que no se falten el respeto por tonterías o por cuestiones que a fin de cuentas son falta de madurez?

Los educadores de cualquier nivel educativo debemos practicar lo que predicamos, no solo con los compañeros que nos llevamos bien, sino con todos: desde el padre de familia, trabajador manual hasta el director y subdirector del plantel. Pero, ¿qué piensa usted cuando se entera de que los mismos administradores de instituciones educativas no practican valores como el respeto, la tolerancia, la honradez, entre otros?

¿Verdad que deja mucho que decir de nuestra educación y en especial de los que llevan la delantera en el sistema educativo?

¿Está el lector de acuerdo con los muchos educadores que practican el valor de la imparcialidad: respeto a todas las personas sin distinción de religión, sociedad, nivel educativo, preparación académica, raza, entre otros?

Sin embargo, muchos padres de familias, incluso hasta estudiantes, se enteran de la falta de respeto que existe entre los educadores. Solo observe las noticias, y verá cómo el diálogo y el consenso es superado por la falta de respeto y la intolerancia.

Lamentablemente, el mensaje que se ha estado transmitiendo no es el correcto: si entre los que llevan la delantera no hay armonía, ¿cómo le podemos exigir respeto, tolerancia e imparcialidad a los estudiantes que están necesitando de nuestro ejemplo?

¡Qué vergonzoso es ver en los diarios de nuestro país noticias de agresiones físicas de o hacia el educador!

Señores docentes de todos los niveles educativos, se les anima a practicar los valores. Ellos no se han perdido, como escuchamos a muchos decir; están allí, latentes en cada uno de nosotros, esperando jugar el papel de catalizadores en un mundo desaforado.

Inicie su día saludando cordialmente, diciendo ‘buenos días’, ‘con permiso’, ‘disculpe’, ‘¿Cómo esta?’ a todos y todas, sin discriminaciones de ningún tipo y usted observará que la lucha por los valores en nuestro país no será en vano... sin que se haga demasiado tarde.

*Especialista en Didáctica. opinion@laestrella.com.pa

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