Luchadora por la democracia

Tengo en la sala de mi apartamento una foto de hace 40 años, de mi madre con sus cinco hijos en la cual se distingue en su rostro una mirada que el fotógrafo logró captar magistralmente y que denota todos los momentos de dolor, preocupación, felicidad, agonía y anhelos por los que ella pasaba en aquellos momentos aciagos. Esa foto fue tomada el día que fue liberada por la dictadura que la encarceló por el mero hecho de ser la hija de don Pedro Ureta Cosme, un panameñista leal y amigo del Dr. Arnulfo Arias y quien fuera nombrado magistrado del Tribunal Electoral en octubre de 1968, y representó el primero de toda una serie de carcelazos, al menos siete más, que recibió durante la tiranía.

Mi madre, la profesora Aura Ureta, era en esos momentos funcionaria judicial de carrera, porque había ganado en buena lid y por sus méritos profesionales el concurso correspondiente del cual fue despojada por órdenes del procurador Olmedo Miranda, el infame “Capitán Chichica”. Nos contaba que mientras estuvo detenida recibió torturas sicológicas y físicas que nunca la hicieron claudicar en sus luchas ciudadanas para que sus hijos pudieran ver una patria libre como sus padres se la habían dado a ella.

Aun siguen en mi memoria aquellos recuerdos de quien inculcó a sus hijos con el ejemplo altos valores democrático de lucha como cuando acompañó al Dr. Voloj Pereira a oponerse a los Tratados Torrijos—Carter, jornada donde conoció a su amiga la “Dama de Negro”, Elvia Lefevre, otra luchadora de la civilidad, o cuando denunciaba radialmente y sin tapujos las tropelías del régimen militar, pese a los riesgos que ello implicaba y que tantas amenazas le valieron.

Hoy cumple 70 años y espero que nos dure cien más, para que sus hijos y nietos podamos seguir compartiendo su sabiduría y consejos y ojalá un día no muy lejano algún gobierno de corte civilista le haga justicia histórica a mi madre y a un sinnúmero de mujeres que igual que ella demostraron con creces su valor para lograr la democracia en la que hoy vivimos.

-El autor es abogado.pedrositton@hotmail.com