• 08/12/2008 01:00

Un mensaje para ti, madre panameña

A la hija, esposa y madre, a la madre—padre, madre—soltera, y a las que no están con nosotros, a la que sueña y piensa y a la mujer malt...

A la hija, esposa y madre, a la madre—padre, madre—soltera, y a las que no están con nosotros, a la que sueña y piensa y a la mujer maltratada, y a la que labora, tú aportas un valor único como pilar de la familia y salvaguarda de la Patria que te vio nacer y a la que perteneces:

— El valor de la maternidad

— El valor de la generosidad

— El valor de la fraternidad

— El valor del servicio y el de la empatía

Mujer y madre panameña, eres, por creación de Dios, un ser “único” y “original”. Lucha por tu dignidad y autoestima, porque después de todo, para nadie en el mundo eres tan importante como lo eres para ti misma.

Mujer, el mundo es tuyo, arráncale la porción que por derecho te corresponde, mira la vida con amor y optimismo en beneficio de los que amas, pero más que todo, por ti, y recuerda que el mundo no sería el mismo sin ti.

A la mujer panameña apasionada que sueña, pide, grita, gime y llora, porque se sabe bella, porque le arrebataron sus sueños de mujer, porque no la dejaron ser, porque no la dejaron crecer, porque no la dejaron madurar, porque no la dejaron realizar sus más caros anhelos, porque le coartaron toda la posibilidad de ascensión y la dejaron allí, mutilada y abandonada en un rincón de su tierno corazón, como una muñeca rota, con su zapatito de cristal perdido, como una cenicienta esperando que llegue el príncipe azul de sus sueños de toda la vida.

¿Y en qué cosas sueñan las mujeres panameñas? Algunas intrépidas, sueñan en tomar toda el agua del océano con sus dos manos, otras sueñan en volar a la luna, otras sueñan con atrapar todo el aire y el viento en un solo suspiro, otras le apuestan todo a una sonrisa, y se sienten capaces de enterrar el alma de su amado, en su alma propia a través de un solo beso.

Y otras mujeres panameñas más ambiciosas, sueñan con castillos en el aire, se sienten Reinas, Guerreras y Diosas de la más sutil sensualidad, seductoras por convicción, regalonas por devoción y doctoras del alma por su gran amor.

Mujer y madre panameña: cada alma viviente ha tenido o tendrá que tener alguna experiencia dolorosa y precisamente es a través de las experiencias dolorosas como vas desarrollando tu personalidad y conquistando un corazón grande para amar.

Recuerda siempre que tu dignidad y valor no proceden de todo lo material que te rodea, de la belleza que tengas, de lo popular que seas o de lo alto que hayas llegado en tu carrera.

Tu fuente es divina, eterna, hinchada de amor; y, recuerda que eres Hija de Dios y sólo por eso ¡TÚ VALES!

-La autora es miembro de Fuerza Independiente.gemiliani@cableonda.net

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