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- 12/08/2020 00:00
La magia china
Durante mucho tiempo en la conversación habitual de los panameños predominaba una expresión de uso común para referirse a soluciones milagrosas o de mucho ingenio y se decía: “eso ni el mago chino lo resuelve, o al revés, eso solo lo puede resolver el mago chino”. Aquella era la época en que los escenarios eran visitados por magos, prestidigitadores y malabaristas de esa nacionalidad, a los cuales la gente les reconocía su indiscutible pericia artística-teatral.
Claro que en este artículo no pienso dedicarme a esas evocaciones, sino a reconocer que en la actualidad económica y política mundial pareciera que solo China tiene los recursos inmediatos como para tirarle la toalla a los países que han de salir maltrechos de esta epidemia socio-sanitaria trasformada después en endemia económica.
Afortunadamente para Panamá, nosotros tenemos recursos para intercambiar sin transacciones onerosas en relación con el gigante asiático.
La verdad innegable es que, si veníamos mal parados desde antes de la pandemia, no se puede esperar que nos levantemos de la cama económica sin fiebre ni “dolamas” (como se dice en el léxico popular). Pienso que seguramente China tendrá capacidad y tal vez interés en ofrecer a Panamá un préstamo en condiciones muy blandas y convenientes, con el objeto de reactivar el movimiento económico de índole local, sobre todo agrícola e industrial y de construcción de infraestructuras. Tal vez pudieran llegar a hacer prestamos puentes, pero para necesidades presupuestarias de educación y salud no ligadas a negociados depredatorios.
¿Qué puede ofrecer Panamá sin costo alguno y solo con mucha voluntad? Bien pudiera ofrecer y garantizar a China que sus naves transiten por el Canal pagando su peaje en yuanes o reminbis, o como se llame la moneda de la República Popular China. El Canal no perderá, porque cobrarán lo que tienen que cobrar y el país tendría una disponibilidad de moneda de reserva para el canje comercial con China. Tal vez otro país europeo quiera agregarse a un trato que amerita el uso de su propia moneda y tal vez a otros no les agrade que la propia moneda pierda primacía. Pero hay que pensar en términos del náufrago que se agarra a la borda del bote de rescate. No hay otra.
Bueno, alguien podría pensar que se interfiere con la política interna de la ACP, pero también hay que recordar que es una entidad autónoma dentro del Estado y por la tanto las políticas internacionales del Estado son obligantes para todas las empresas que operan en su territorio.