• 03/11/2020 00:00

El manchado

Sir RichardBrooks comparte una celda en Argel con el soldado Miguel de Cervantes, y en ese insomio permanente, con ansias de libertad, el irlandés-tabogano le cuenta con detalle las hazañas de un hidalgo manchego transformado por la imaginación febril de Alonso Quijano en el Caballero Don Quijote de Argamasilla.

Sir RichardBrooks comparte una celda en Argel con el soldado Miguel de Cervantes, y en ese insomio permanente, con ansias de libertad, el irlandés-tabogano le cuenta con detalle las hazañas de un hidalgo manchego transformado por la imaginación febril de Alonso Quijano en el Caballero Don Quijote de Argamasilla. El cautivo español toma nota de ese personaje novelesco, Richard le insiste que don Quijote es un protagonista real, al igual que El Cid Campeador.

-Pensé que todo era parte de tu fantasía-

-Leí sus aventuras en un libro de 1605 y luego me topé con él

en el Castillo del Conde duque de Benavente en las montañas

de León en la región de Sanabria-

-Pero todo parece una novela, ¿cómo es eso?-

-Lo cierto es que yo era parte de la escolta del duque Jorge Luis Borges,

gran aficionado a la buena lectura. Benavente tenía como invitados

de honor al marqués Pierre Menard y a un excéntrico caballero

recién llegado de la Cueva de Montesinos-

-Tengo noticias de ese afamado duque don Borges, es un escritor muy

leído en toda Europa, siempre lo comenta Shakespeare-

-Me impresionó su escudero Sancho, comía como perro callejero,

pero siempre decía significativos refranes en cada ocasión-

-Y dime ¿por qué a Don Quijote se le ofrecen tantos honores, sobre

todo el conde Benavente?

-Los duques Benavente también leyeron la primera parte de sus

aventuras. Lo llamativo es que con ellos viaja un misterioso árabe,

Cide Hamete Benengeli. Es su cronista y como tal, registra todo lo

acontecido con el extraño Caballero y su escudero-

-Qué casualidad, conozco a ese árabe, es un tipo de poco fiar-

-El caballero de los leones, como también se hace llamar Don Quijote,

es requerido por la bella dama Altisidora, ella se enamora de él. No sé

qué le vio, pues es alto, enjuto, desgarbado, pobre, cincuentón y con mucho de loco-

-¡Qué interesante! Richard, me interesa mucho conocer sobre ese hombre

tan peculiar-

-A propósito Richard, ¿tú eres irlandés?-

-Sí, el hambre y el afán de riquezas me hicieron un mercenario-

-Y tú Miguel, por tu nariz y costumbres me parece que eres de origen judío-

-Bueno, siempre encubro mis raíces, a veces digo que soy de Alcalá de Henares,

de Sevilla, Córdoba o Madrid. “Nací en 1549 en una humilde aldea, refugio de judíos, llamada Cervantes, bello emplazamiento, sobre la ladera de la Sierra de San Juan en Sanabria, en las montañas de León, zona de influencia gallega y portuguesa. Lo curioso es que al lado de la aldea Cervantes, hay otra donde abundan los vecinos con el apellido Saavedra. Por eso decidí llamarme Miguel de Cervantes Saavedra. En esos lares abundan los judíos conversos. Soy un manchado, un cristiano nuevo. Te confieso mi origen, pues sé que tienes, como yo, poderes esotéricos y no te puedo mentir-

-¿Y cómo ha sido tu vida?-

-Cuatro años de estudiante, paje, mercader, caballero, escribiente, soldado, pícaro,

cautivo, anduve en el remo y vine a ser representante. Aspiro escribir “un gran retablo

o representación teatral de mi propio devenir vital”-

-¿Y qué hay de cierto en esa amalgama de actividades, si tu vida es un constante

enmascaramiento?-

-“Yo sé quién soy”-

-Entonces somos hermanos del ocultamiento-

Cada noche y durante mil noches, al igual que Sherezada, Richard le narra

al cautivo de Argel, al Manco de Lepanto, las razones y sinrazones de ese

Caballero empeñado en hacer justicia y luchar por la libertad. Cervantes después de tantos años es liberado, y de vuelta a su hogar decide escribir un libro inspirado en los relatos que le hace Richard Brooks, su inolvidable compañero de infortunio, ese enigmático soldado de fortuna, siempre al servicio del mejor postor.

Hoy, leemos, después de cuatrocientos años, esa magistral obra que nació de un

sueño de Cervantes en su cautiverio de Argel. Pero, en realidad ¿quién es el autor

de Don Quijote de la Mancha? ¿Cervantes, Pierre Menard, Alonso Quijano o

Richard Brooks? Descúbralo al leer La magia del Quijote de Ricardo Arturo

Ríos Torres e Isolda De León Becerra.

*Se consultó el libro Cervantes decodificado de César Brandariz sobre las raíces auténticas de Cervantes y Don Quijote y los tópicos que las ocultan. El texto completo de El manchado está en Éxtasis de Sir Richard Brooks. Solo está en Riba Smith. Recomiendo, en La Bitácora de la fantasía de Richard Brooks, El tiempo mágico de Cervantes en Panamá.

Dedicado a Margarita Vásquez, Justo Arroyo y Rodolfo De Gracia, cervantistas por excelencia.
Historiador, docente, escritor.
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