• 17/12/2012 01:00

Aliviar el sufrimiento humano aún a riesgo de mi propia vida

La Cruz Roja Panameña está de luto, trágicamente y en cumplimiento del deber han fallecido los voluntarios Fernando Johnson y Jorge Alemán.

La Cruz Roja Panameña está de luto, trágicamente y en cumplimiento del deber han fallecido los voluntarios Fernando Johnson y Jorge Alemán.

El socorrista inspira su quehacer en nuestra promesa: ‘Servir con abnegación, a los heridos y enfermos; sin tomar en cuenta su nacionalidad, raza, credo político o religioso; mantenerme moralmente recto; mentalmente despierto y físicamente apto, para socorrer a los que sufren; aún a riesgo de mi propia vida’.

Ese convivir con el sufrimiento humano nos hace seres especiales, debemos reprimir sentimientos, nuestro deber es siempre brindar lo mejor de nosotros a favor de la humanidad. Pero ese socorrista es un ser ordinario, susceptible a infinidad de riesgos. Somos panameños comunes y corrientes, que abandonamos nuestros hogares para cumplir con abnegación las misiones de socorro. A veces con hambre, sin los recursos mínimos, utilizando calzados y ropa inapropiados, ya que nadie provee de uniformes y equipos personales básicos a los socorristas.

Es un ser humano incomprendido y utilizado por una sociedad indolente que no entiende exactamente el gran valor de los voluntarios, tal vez porque nadie se lo ha explicado. Basta de improvisar y sobrevivir, se requiere de un genuino interés estatal. Es necesario proporcionar todos los recursos para poder contar con voluntarios que hayan sido formados apropiadamente y que posean los equipos y recursos tecnológicos que la comunidad se merece.

Nuestro mayor aporte a la memoria de los compañeros desaparecidos consiste en seguir exigiendo una política institucional y estatal para el servicio voluntario. Nos merecemos todo el respaldo en la noble labor, las entidades del Estado, empresas privadas y sociedad en general tienen mucho que aportar a gente humilde que tanto se merece. El voluntariado nuestro es de gente común, que no aparece en las publicaciones sociales y su encomiable labor jamás es reconocida por nadie.

El desarrollo personal y profesional de los voluntarios debe ser estimulado con programas de becas, seguros de cobertura hospitalaria y una regulación que formalice esta callada labor al servicio de la humanidad.

La familia de voluntarios agradece a toda la comunidad nacional por su solidaridad y muestras de apoyo en este doloroso momento. Hasta siempre, hermanos cruzrojistas Fernando y Jorge, la misión es y será siempre cumplida. Nuestro quehacer más que un deber es una forma de vida. Siempre estaremos prestos a socorrer al necesitado en cualquier hora y en cualquier lugar.

VOLUNTARIO 0344 DE LA CRUZ ROJA, ACTIVO COMO MAESTRO INSTRUCTOR.

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