• 16/07/2023 00:00

Un mundo endeudado, qué nos dice la ONU

“[...] el documento pudo aprovecharse para traer, [...], la posibilidad de incluir la tasa Tobin, y así adelantar un aporte al financiamiento internacional [...]”

El Informe de las Naciones Unidas “A world of debt, A growing burden to global prosperity” (Un mundo de deudas, una carga cada vez mayor para la prosperidad mundial), presentado y comentado por el secretario general esta semana, contiene además de su introducción, los siguientes puntos: deuda pública mundial a niveles sin precedentes; desigualdades en la arquitectura financiera internacional; enfrentando decisiones imposibles: pagar la deuda o servir a su gente; la gente paga el precio; un hoja de ruta para financiar el desarrollo sostenible.

Desde su introducción nos advierte este oportuno informe que: “la deuda pública puede ser vital para el desarrollo. Los Gobiernos lo utilizan para financiar sus gastos, proteger e invertir en su gente y allanar el camino hacia un futuro mejor”.

Y atribuye sus niveles colosales a dos factores, a saber:

1) Las necesidades de financiación se dispararon con los esfuerzos de los países para evitar el impacto de las crisis en cascada en el desarrollo. Estos incluyen la pandemia de COVID-19, la crisis del costo de vida y el cambio climático.

2) Una arquitectura financiera internacional desigual hace que el acceso de los países en desarrollo al financiamiento les sea inadecuado y costoso.

Adicional, se considera en el informe en comento que la deuda, además de lo anterior, también está afectada por el aumento del costo de endeudamiento, las devaluaciones de la moneda y el lento crecimiento, hasta el punto de que estos factores comprometen la capacidad para reaccionar ante emergencias, abordar el cambio climático y a invertir en su gente con su respectivo futuro.

El dilema para las naciones está entre servir a la deuda o servir a su gente, y cita que son 3300 millones de personas las que viven en países que destinan más recursos al pago de intereses de la deuda que lo destinado a educación y salud.

Lo importante es que el documento incluye una Hoja de Ruta de acciones multilaterales para “abordar la carga de la deuda mundial”, y para ello incluye un resumen de políticas de su propia agenda común sobre reformas a la arquitectura financiera y el estímulo ODS, centrando el camino en tres áreas:

1) Abordar el alto costo de la deuda y los crecientes riesgos de sobreendeudamiento,

2) Aumentar masivamente la financiación asequible a largo plazo para el desarrollo, y

3) Ampliar la financiación de contingencia a los países que la necesitan.

Se desprende la necesidad de implementar estas acciones para lograr un mundo más próspero, inclusivo y sostenible.

Al señalar que los países africanos pagan intereses cuatro veces más que los Estados Unidos y ocho veces más que Alemania, en cuanto a los bonos, nuestra región paga 7.7 en rendimientos por cada 1.5 en Alemania y 3.1 de Estados Unidos. (Esto en promedio).

Podría agregar de mi parte que el documento pudo aprovecharse para traer, al menos para el debate, la posibilidad de incluir la tasa Tobin, y así adelantar un aporte al financiamiento internacional y a la vez a la nueva arquitectura señalada en el enjundioso informe.

Economista
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