Más de 500 alumnos de la Escuela Rogelio Sinán iniciaron, este miércoles 25 de septiembre, con la primera fase del almuerzo escolar que se entrega a través...
- 17/06/2013 02:00
Autoritarismo, NO; un Nuevo Panamá, SÍ
Hemos escuchado, ya sin asombrarnos, las críticas, mofa esquizofrénica, contra lo que, desde una visión responsable, es la necesidad de construir ‘un nuevo Panamá’. Se trata, desde luego, de un paradigma que representa lo contrario a lo que ha vivido el país en estos cuatro años de fanfarrias; de engaños; de licitaciones amañadas; de altos precios, porque con ellos especulan en sus jugosos negocios con los alimentos (supermercados).
Es cierto, aunque se esfuercen en desacreditar tal necesidad. Un nuevo Panamá es un requerimiento para sanear el país del juegavivo al que se le ha sometido. Recuperarlo de las malas práctica que incluyen, como se ha constatado en días recientes, la asquerosa política de institucionalizar la violación al derecho a la intimidad consagrados en la Constitución Política. Es el festín que ahora pone en evidencia la razón de ser de todo el andamiaje para controlar los órganos del Estado, incluido acallar, con amenazas, pero sin lograrlo, al Periodismo independiente. Y todo ello no para la reelección presidencial, como se supuso en sus inicios, pero sí para mantener a su séquito a toda costa al frente del poder.
Ni la corruptela, ni los golpes de despachos, ni la oligodemocracia con sus limitaciones en el ejercicio del poder de las primeras décadas de la República tienen parangón con lo que ocurre en el Panamá actual. Aquello se queda corto frente al panorama desmedido que patrocina el gobierno del cambio. De un Ejecutivo, como no se ha dado en ninguna de las últimas administraciones, que hace apología de la violencia, constituyéndose, su actuación, en una nefasta antiescuela de malos ejemplos para el país entero.
Aunque no faltan quienes con sonrisas largas festejan el ridículo, como aquello de tan mal gusto de enseñar cajas de lomotil, no hacen cálculo, porque por encima están los cuantiosos intereses, del daño que le hacen al país decente. Ese no es el país que sirve para enorgullecer a las juventudes nacionales; no es el que, como herencia, merecen los niños. Ya de hecho es suficiente dejar a esa y a las venideras generaciones de panameños, de todas las edades, endeudados hasta el cuello.
Hay urgencia de un nuevo Panamá, que sea la otra cara al autoritarismo en el que estamos sumergido, presos. Lo contrario al extremo irracional con el que la elite en el poder ha corrompido el quehacer de la política, la falsedad del discurso y el valor que dan a las mentiras como herramienta para convencer.
Es el descaro con el que se apoderan de los recursos del Estado, mientras que la población sufre los altos precios, y en donde miles de hogares viven sin agua potable y sin salud. Un derroche en nombre del progreso, de obras y más obras con las que ‘justifican’ el extravío de los millones.
Plantearse un nuevo Panamá es, en el mensaje de Juan Carlos Navarro, lo contrario al Panamá sometido a las especulaciones de las cuentas millonarias construidas con base a los altos precios de los alimentos.
El país necesita equidad, vida democrática verdadera, no de fachada; urge la escuela que enseñe; no la antiescuela que deforma. El postulado de un Nuevo Panamá es posible. Las exigencias de una sociedad con progreso social, se reclama a gritos. Es la esperanza, la convicción, el compromiso, de hacer de Panamá un país para todos y para todas.
DIPUTADO DEL PARLACEN.